𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff

1.15 - Tensión

Pietro despertó escuchando los pasos que se movían de la sala a la cocina, soltó un bostezo, entre abriendo los ojos, para divisar a Mer sirviéndose una taza de café en la cocina.

— ¿Dormiste en el mueble? —cuestionó ella, viendo como el chico sobaba su cuello mientras se dirigía hacia ella

— Para mi mala suerte, sí —afirmó, buscando en el refrigerador algo para desayunar

Colocó la comida sobre la barra y luego la observó. Su rostro serio, concentrado en cuantas cucharadas de azúcar le ponía a su taza de café.

Por la cabeza del gemelo pasó el dulce recuerdo de sus labios sobre los de ella, pero luego recordó el rostro confundido de Mer al terminar aquella acción, y se atrevió a preguntar

— Mer, sobre lo de anoche... —comenzó a decir él, pero fue interrumpido de inmediato por la voz de la castaña

— No hay nada que decir —afirmó sin expresión alguna, tomando la taza de café entre sus manos, dirigiéndose a su habitación

¿Estaba negando lo que había sucedido?

— Nos vamos en 10 minutos —exclamó antes de cerrar la puerta de la habitación, dejándolo ahí, en la cocina, con más dudas que nunca en su vida

Mer se dedicaba a evadir el tema en su cabeza mientras ataba con fuerza las agujetas de sus botas negras.
Entre sorbos a su café y búsquedas en su mochila, terminó de alistarse después de varios minutos.

Salió de la habitación, encontrándose con Pietro sentado en el mueble, moviendo sus dedos sobre su celular texteando con rapidez.

— ¿Listo? —cuestionó ella, llamando su atención

El chico despegó la vista de su celular, observando a la castaña con algunos
mechones de cabello trenzados. Lucía radiante, como siempre.

— Ese estilo te queda muy bien —admitió

Normalmente ella respondía con un gracias, una sonrisa y un cumplido de vuelta, pero, esta vez sólo se apresuró a tomar las llaves del lugar y esperarlo en la puerta.

—¿Qué sucede? ¿Por qué no me quiere mirar? —se cuestionó mentalmente mientras observaba los suaves gestos de la castaña mientras abría la cerradura.

Pietro notó que esta le indicaba con la mirada que se moviera, y lo hizo.

Ambos salieron del departamento con sus mochilas en hombros y Mer detuvo a un taxi en la entrada del edificio.

— Dame tu celular —ordenó en voz baja, observando a su compañero sentado junto a ella en el asiento trasero de aquel taxi

Él se lo entregó, asintiendo.
Ella sacó un pequeño y delgado desarmador de paleta de uno de los bolsillos de su mochila y separó el celular en dos, destruyendo la caratula por completo.
Sacó un pequeño círculo rojo de metal y con discreción lo tiró debajo del asiento del conductor.
Luego repitió lo mismo con el de ella.

— Listo, amigo, esta es nuestra parada —dijo ella, pidiéndole al taxista que se detuviera frente a un hospital

Le entregó el dinero al hombre, con bastante lentitud, haciendo que tardara un poco más para que los rastreadores marcaran esa ubicación.