1.34 - Capitán América

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Una bonita invitación llegó el Lunes a cada uno de los vengadores, invitándolos al homenaje de la vida del capitán América en Washington D. C.

Aunque la primer impresión de Steve fue rehusarse a ir, después de reconsiderarlo varias veces, y escuchar las opiniones de sus amigos, finalmente decidió aceptar, halagado por aquel evento.

El martes, Mer no podía dejar de pensar en qué ponerse, y se arrepentía de vez en cuando de haber animado al capitán para aceptar, pues ahora estaba comprometida a ir también.

El miércoles, Pietro fue junto a Sam a comprar un traje y una corbata. El velocista llamaba a Mer cada 5 minutos para mostrarle como se veía, esperando que lo ayudara a elegir, pero ella sólo respondía que se veía increíble, y eso no era muy eficiente para el ojiazul.
Fue un día de desastre, pues Pietro era muy impaciente cuando se trataba de hacer filas para pagar, y esperar a ser atendido, pero finalmente lograron su cometido, volviendo a casa con un traje cada uno.

El jueves, las chicas salieron de compras, a visitar casi cada tienda en la ciudad, para encontrar algo que ponerse.
Natasha eligió un vestido azul oscuro, que llegaba más abajo de sus rodillas; Wanda eligió un vestido corto color negro, con encaje rojo en el escote; y Mer eligió un traje, que estaba compuesto por un pantalón y un saco que tenían detalles morados, que formaban varias rosas, y complementó su traje con una blusa de tela casi transparente del mismo color.

El Sábado, el día del evento, los vengadores llegaron a las 8 de la mañana a D.C., directamente al hotel donde se hospedarían.

— Nos vemos en el lobby a las 7 — anunció Tony, mientras revisaba su celular — Si alguien llega tarde se queda aquí

Stark se había encargado de reservar un piso entero para todo el equipo, y les asignaron un cuarto a cada uno, pero el de Pietro no hizo falta, pues se instaló en la misma habitación que Mer, sin dudarlo.

A casi 4 horas para el evento, Mer daba vueltas por su habitación, mientras practicaba el discurso que le habían pedido que preparara para Steve.
Alguien tenía que hablar, en nombre de los vengadores, así que, después de una desafortunada selección al azar, ella fue la elegida.

— Gracias, capitán América — repitió por quinta vez, pero esta vez con un tono de voz diferente

Bufó irritada, pues ninguna de las formas en las que lo decía le agradaba.

Rodó los ojos cuando alguien llamó a la puerta, pero cuando vio a la persona del otro lado, su rostro cambió por completo.
Pietro cargaba una bolsa de papas botaneras y una botella de vino, que probablemente había tomado prestada de algún lugar.

— ¿Puedo pasar? — cuestionó, con una sonrisa

— Adelante, caballero — dijo ella, con un tono gracioso, haciéndose a un lado para que él pudiera pasar

— ¿Cómo vas con el discurso? — inquirió, mientras se sentaba en la cama

— Terrible — hizo un puchero

— No lo creo — negó él, con seguridad — Déjame escucharte

Ella soltó un suspiro y comenzó a recitar las palabras en la hoja con su escrito a mano, que sólo ella comprendía.

Pietro la escuchaba con atención.

Cada que Mer levantaba su mirada, él le sonreía, tratando de transmitirle confianza.

Le parecía muy tierno el hecho de que la castaña hablara tan bien de su amigo, y al mismo tiempo lo volvía loco cuando hacía una pausa para relamer sus labios, tratando de calmar los nervios.

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora