2.28 - Recuerdos

507 43 31
                                    


Mer salió a dar un paseo a pie por Wakanda, mientras esperaba a que sus compañeros se despertaran y alistaran, porque después de haber estado una larga semana ahí, debían irse y retomar las misiones en las que estaban trabajando.

Wakanda le transmitía una inmensa paz a la rubia, y definitivamente no quería irse de ahí, pero sabía que era lo correcto cuando eran fugitivos buscados por cielo, mar y tierra.

Mientras daba vueltas por ahí, se topó con Bucky, sentado debajo de un árbol, con la mirada perdida y el cabello despeinado.

No dudó en acercarse, y en cuanto el hombre la vio, se esforzó por regalarle una sonrisa amable.

Ella apreció aquel gesto, y sonrió también.
Sabía la batalla por la que James pasaba cada que intentaba relacionarse con alguien.

— ¿Cómo estás? —se atrevió a preguntar ella, mientras observaba a Bucky levantarse del suelo

Él se encogió de hombros, sin decir mucho.
— ¿Cómo estás tú?

— Bien —asintió, con una pequeña sonrisa

— ¿Cómo está tu herida? —inquirió culpable, señalando la curita sobre el rostro de la chica

— No es lo peor que me ha pasado —respondió, con una risita

— Lo siento mucho. No quise lastimarte. —murmuró, cabizbajo— A ninguno de ustedes

— No te disculpes —negó ella de inmediato— Yo sé que no es tu culpa

Bucky soltó un suspiro, y asintió.
Estaba temeroso, desprotegido, y Mer podía notarlo.

— Bucky, tal vez tú y yo no somos muy cercanos, pero quiero que sepas, que puedes contar conmigo —habló, con una pequeña sonrisa que intentaba transmitir confianza— Yo confío en que todo estará mejor

— Sólo quiero ser libre —murmuró, con anhelo— En las noches no puedo dormir, y en el día tengo que intentar no dañar a nadie.

— Espero que algún día puedas sentirte libre —asintió, llevando su mirada hasta el río frente a ellos— El día que finalmente te sientas así, iré a visitarte y celebraremos con tequila y quesadillas.

— ¿Quesadillas? —frunció el ceño

— ¿Nunca has estado en México?

Bucky negó con la cabeza, confundido.
— No que yo sepa.

— Entonces, algún día, iremos a México, comeremos quesadillas, y celebraremos cada avance que hayas tenido.

Por primera vez en mucho tiempo, Bucky soltó una risita, sin pensarlo.
— Gracias, Mer.

— Oye, lo que sea por los amigos —sonrió, con amabilidad

Estuvieron un momento observando la tranquilidad con la que corría el agua del río frente a ellos.

La serenidad los invadía, y el silencio también. No era un silencioso incómodo, era un ambiente de acompañamiento hasta que Bucky se sintiera con la valentía de preguntar lo que rondaba por su mente, pero que no quería expresar.

— ¿Puedo decirte algo? —cuestionó el soldado, por fin

Mer asintió, atenta.

— Me recuerdas a alguien, pero... —se detuvo un segundo para aclarar su garganta y esclarecer su mente, y luego continuó— Sonará tonto, pero no recuerdo a quién. Sólo siento que ya te conocía.

La rubia entrecerró los ojos, y negó con la cabeza, mientras intentaba recordar si algún día lo había visto, como Bucky Barnes o como el Soldado del Invierno.

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora