𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff

2.23 - Criminales

Cada ex–vengador que había peleado a favor del Cap, ahora se encontraba en una celda fortificada en una prisión a mitad del océano.

La balsa, le llamaban.

Tony había estado ahí el primer día, preguntando por Steve, algo que diera con su paradero, pero, ninguno se había animado a cooperar. A excepción de Sam, quien había sido fácil de convencer, pues estaba seguro de que era lo correcto.

Stark no es el tipo de persona que se disculpa, pero, se sentía culpable.
Sus compañeros estaban ahí, encerrados en medio de la nada, siendo tratados hostilmente, y eso le dolía.

Estaban organizados en un extraño orden, pero, la celda de Pietro, estaba entre la de Mer y Scott.
Este último, no para de hacer ruido desde que llegaron ahí, en cambio, la castaña guardaba silencio casi siempre.

Había estado callada desde que la habían sometido brutalmente con choques eléctricos y camisas de fuerza, aún cuando ella no se había resistido al arresto.
A Wanda la habían tratado aún peor, pero no a los demás, porque ellos no poseían el poder que ellas tenían, y aunque antes parecía una ventaja, ahora era todo lo contrario.

Pietro soltó un suspiro, y recargó su cabeza sobre el muro que conectaba con la celda de Mer.

Se sentía un poco desorientado, y aún no ponía sus ideas en orden. No sabía si lo que había hecho estaba bien, o si había sido el peor error en sus casi 27 años de vida.

Mer recargó la cabeza sobre el muro también, y soltó un suspiro. Odiaba estar ahí, sintiéndose así.
Una prisionera por su propia elección.

— Mer... —la llamó Pietro, esperando que esta vez, ella si le respondiera— Cariño, sólo quiero escucharte

— Ay, no. Ya van a empezar. —se quejó Clint, con una mueca

Era el menos contento de todos. Él tenía una familia, una esposa, hijos.
Era injusto que, probablemente, no los volvería a ver, y de ninguna forma, ellos sabrían que él estaba ahí.

— Pietro... —murmuró Mer, cerrando los ojos con tranquilidad

Quería estar junto a él, y retomar los días que habían estado separados.

Si pudiera volver el tiempo, probablemente rechazaría la idea de ir al funeral de Peggy Carter.

Que, pensándolo bien, de una forma u otra, Steve hubiera terminado pidiéndoles ayuda, y ella hubiera aceptado sin dudarlo, así que de cualquier forma, el destino los hubiera lanzado ahí.
En una celda en el medio de la nada.

El primer día fue sombrío, duro y bastante incómodo.
El segundo día, ninguno había logrado conciliar el sueño, pero tampoco habían hecho nada para intentarlo.

Wanda no se había atrevido a decir una palabra, en días, pero, todos podían divisarla en la celda de la esquina, cabizbaja, con la mirada perdida y algo de temor.