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En una bonita cafetería, Ally esperaba sentada tranquilamente en una mesa

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En una bonita cafetería, Ally esperaba sentada tranquilamente en una mesa. Su hermana la había citado ahí para conversar con ella sobre los últimos días de su semana.

De alguna forma, Ally estaba nerviosa, pero al mismo tiempo ansiosa. Podía ser algo bueno, o tal vez algo malo. Sólo tenía que ser todo oídos y esperar a que las decisiones de Mer no terminaran afectándola.

La castaña llegó 10 minutos tarde, pero luciendo genial.

De inmediato encontró a su hermana entre la gente, como si tuviera un radar para peliazules.

Se acercó a sentarse y se percató de que había 1 café en la mesa a medio tomar.

— Gracias por esperarme —dijo Mer de inmediato— Pensé que hacía menos tiempo desde mi casa hasta acá

— ¿Te trajo Pietro? —la menor soltó una risita— Esos cabellos despeinados sólo los podría causar una motocicleta

Mer asintió sin poder mentir, y luego sonrió.

— ¿Ya ordenaste? —cuestionó Mer, intentando cambiar de tema

— Panqueques y otro café —respondió Ally con simpleza

— Creo que ordenaré lo mismo.

Ally asintió sin mucho que decir, mientras observaba a su hermana con cuidado. Intentaba descifrar sus noticias sin tener que leer su mente.

— ¿Volviste con Pietro? —cuestionó la peliazul, tomando por sorpresa a su hermana mayor

Mer parpadeó varias veces, intentando procesar lo inevitable.

— Sí, algo así...

— ¿Esas son tus noticias? —bufó Ally— Algo super inesperado, eh

Mer negó con reprobación ante el comentario sarcástico de su hermana.

— Hace una semana fui al cuartel, y hablamos —explicó la castaña, con tranquilidad— Decidimos que lo que ambos queremos es estar juntos de nuevo.

— ¿Después de todo?

Mer frunció el ceño, confundida.

— Ally, el mundo atraviesa una crisis. Creo que las acciones de Pietro son entendibles, ¿no? No es tan difícil ser empatico.

La peliazul sonrió a medias y asintió sin conformidad. No había ánimos para discutir eso con su hermana, aunque, muy en el fondo sentía resentimiento al oírla decir esas palabras.

— Sé que para ti es tonto, pero, sé que quiero estar con Pietro lo que resta de mi vida, y este tiempo sin él, yo...

— Mer —Ally la interrumpió— Sé que lo amas, y sé que él siente lo mismo. Está bien que estén juntos otra vez. Son buenas noticias.

Mer asintió suavemente, sin sentirse tan aliviada como debería.

Ally frunció el ceño ligeramente. La castaña aún parecía como si tuviera cientos de palabras en la punta de la lengua que no sabía cómo expresar.

— No es sólo eso, ¿verdad? —cuestionó Ally con curiosidad

— Me mudaré a Atlanta con Pietro —soltó sin más

Ally abrió los ojos ampliamente, y cambió su postura poco a poco.

— Esperaremos a que acabe este año de estudios, y luego nos mudaremos a Atlanta.

Mer esperaba una reacción en su hermana, pero, ésta parecía atónita. No sabía que decir.

— Ally...

— Eso está lejos de aquí —murmuró la peliazul

— No tanto. Además, puedes visitarnos cuando quieras.

Ally negó suavemente, y bajó la mirada a su plato.

— ¿Y estás contenta con tu decisión? —inquirió la peliazul— Digo, apenas hace una semana "volvieron" y ahora dices que se irán a otra ciudad, en otro estado...

— Sí, es algo que ambos decidimos. —asintió Mer con seguridad— Los vengadores instalarán una subdivisión de control y espionaje en Atlanta, y Tony me hizo la propuesta hace un tiempo ya. Sólo estaba dándole vueltas al asunto, pero, hace unos días Natasha habló conmigo y terminó de convencerme.

— ¿Y qué hay de tu enfermedad? ¿qué hay de todos los cuidados especiales que necesitas...

— Pues, supongo que lo resolveré —se encogió de hombros con simpleza— Aún hay tiempo, no es como que me vaya mañana.

Ally no sabía que decir. No estaba ni feliz, ni enojada. Sólo sentía un vacío. El vacío de volver a alejarse de su hermana.

El destino las había juntado, y Pietro Maximoff las estaba separando de nuevo.

Ally no quería demostrar sus emociones, pero, le era inevitable no mostrar un semblante confundido y poco complacido.

— Ally, estaremos en contacto... —agregó Mer, intentando indagar en su mente— Puedes ir a visitarnos cuando quieras. También vendré a verte.

La peliazul soltó un suspiro, un poco desalentada.

— Está bien. Estoy feliz por ti. Estás a unos pasos de cumplir 30, y tarde o temprano esto iba a suceder.

— ¡Oye! No soy tan vieja —replicó Mer

— Pues casi —se burló Ally

Mer sonrió a medias y asintió. Podía entender el semblante poco satisfecho de su hermana, pero no había mucho que poder hacer.

— Estos meses prepararemos todo —anunció Mer— Me gustaría que me acompañaras a buscar opciones para nuestro nuevo hogar. También invitaré a Yelena, y tal vez a Nat.

— ¿No deberías verlas con Pietro? —frunció el ceño

— Ah, claro. Al final decidiremos juntos.

Ally asintió, comprendiendo su plan.

La castaña sonrió ampliamente, y luego estiró su mano para tomar la de su hermana sobre la mesa. La acarició suavemente e intentó transmitirle tranquilidad.

Ally simplemente sonrió y asintió, sin más que poder hacer. Sólo le quedaba apoyar a su hermana en sus increíbles planes que incluían tenerla lejos.

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora