2.36 - Un plan

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El frío ambiente del Quinjet envolvió a Pietro, poco consciente de lo que pasaba a su alrededor. Lo único que sentía era dolor, la máscara de oxígeno sobre su cara, y la mano de su novia tomando la suya con fuerza.

No sabía que había ocurrido, pero sentía que estaba herido, y luchaba por no quedarse completamente inconsciente.

¿Así se siente morir? —se cuestionó a sí mismo, entre todos sus pensamientos intrusos

Sintió la mano de Mer recorrer su brazo, y luego algo punzante rozar contra la piel de su abdomen.

De pronto, el dolor disminuía.

— Morfina lista —anunció Natasha

Una vez más, la rusa le dio una pasada al abdomen de Pietro con un ultrasonido, para observar la profundidad de la herida.

— Sutura —pidió

Steve se hizo cargo de atender a las órdenes de la agente rusa, mientras Sam piloteaba de vuelta a casa. Nueva York.

— Mer... —balbuceó el ojiazul— ¿Qué ocurre?

La rubia pasó sus manos al rostro de Pietro, y acarició suavemente su mejilla.
Forzó una sonrisa y se acercó a darle un beso en la frente.
— Estarás bien, tranquilo.

El sokoviano asintió débilmente, y comenzó a cerrar los ojos, sin dormirse por completo.

Todo era un desastre. Había sangre por todos lados, y el nerviosismo recorría a cada uno por completo.

La única forma de que Pietro pudiera confiar en que estaría bien, era si ella se lo decía. Sólo ella, nadie más.

Varios minutos después, Natasha terminó de atender a Pietro, se quitó los guantes y se dirigió al baño a lavarse.

— Tú también deberías enjuagarte —sugirió Wanda, acercándose a Mer

La rubia negó de inmediato.
Su mano envolvía la de Pietro con suavidad, y ella mantenía la mirada fija en el tranquilo rostro del ojiazul, que era cubierto con la mascarilla de oxígeno.

Parecía que finalmente descansaba.
Ya no luchaba por quedarse despierto, simplemente quería dormir.

— Mer...

— Cuando él despierte iré —aseguró, con una sonrisa a medias

Wanda asintió suavemente. Sabía que Mer no se movería de ahí. Él tampoco lo hacía cuando ella estaba herida.
Por un momento, su vista se fijó en el rostro de su hermano, lleno de rasguños. No le gustaba verlo así.

Steve se acercó a ellas con un paquete de toallitas húmedas, que le entregó a Mer para limpiarse la sangre que inevitablemente había manchado su piel y su ropa.

La rubia limpió sus manos, y tan pronto como pudo, comenzó a limpiar el rostro de Pietro con delicadeza.
Accidentalmente había hecho un desastre sobre su piel, y ahora tenía que limpiarlo.

El capitán tomó una silla, y se sentó a un lado de Mer, con una sonrisa a medias.

Wanda se fue pasados unos segundos, y se sentó a un lado de Visión, para descansar por un momento antes de llegar a Nueva York.

— Entonces, Loki está aquí, Pietro está herido y Visión también. Una nave llegó del espacio y se llevó a Tony, al hechicero supremo y a Spider–Man —resumió el capitán

Mer asintió con facilidad, y dejó que una mueca se dibujara en su rostro.
— Te faltó decir que un extraterrestre viene por nosotros para extinguir a la mitad del mundo.

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora