3.21 - Atlanta

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Un soleado sábado por la mañana, un lujoso auto rojo oscuro conducido por Tony Stark se estacionaba frente al nuevo hogar de Pietro y Mer.

Los ojos azules de Pietro brillaron con emoción en cuanto Stark anunció que habían llegado. El trío salió del auto sin esperar mucho, y de inmediato enormes sonrisas se dibujaron en sus rostros.

Aquella casa era demasiado bonita, amplia y bastante lujosa.

La pareja había elegido esa casa entre las 8 que el multimillonario de cabellos castaños les había ofrecido.

Ambos habían intentado buscar algo que se ajustara a su presupuesto, menos caro, menos lujoso, pero, Stark había establecido en el nuevo contrato proporcionarles vivienda y un sueldo bien pagado a cambio de sus jornadas de 8 horas en el nuevo cuartel de operaciones.

Aún después de un año y medio yendo a terapia, para Pietro aun era difícil aceptar buenos tratos de aquel hombre, pero, las heridas que dejó se iban recuperando mientras aprendía a perdonar. Además, hablar con Stark sobre el tema le había traído un poco más de paz, aunque había sido muy difícil para ambos.

El sokoviano sonrió con tranquilidad mientras acomodaba las maletas en la entrada justo a un lado de Mer.

La castaña sonrió para él, y luego dejó salir un ligero suspiro.

Stark se acercó a dejarles una caja de regalo junto al par de llaves de su nuevo hogar, y sonrió ampliamente con tranquilidad.

— De acuerdo, tórtolos —habló el multimillonario— Este lugar es todo suyo.

— Gracias, Tony —sonrió Mer con emoción, acercándose para darle un pequeño abrazo al hombre

Cuando se separaron, Mer observó a su novio, esperando a que él hiciera lo mismo.

Pietro levantó las cejas con diversión y abrió los brazos para emitir ese pequeño y corto gesto que Stark recibió con una sonrisa.

— Gracias por todo, Stark —soltó Pietro, con una sonrisa

— No hay de qué, disfruten —afirmó el mayor— Mañana por la tarde vendrá alguien para llevarlos al nuevo cuartel.

— Genial, nos vemos mañana —asintió Mer con una sonrisa

El castaño les sonrió una vez más, y sin decir mucho, salió del lugar en su auto deportivo.

Pietro y Mer se quedaron en la entrada de su nuevo hogar, estáticos.

Estaban perplejos por la inmensidad y belleza del lugar. Era un lugar bastante moderno, con muchas comodidades visibles.

Pietro fue el primero en dar un paso para adentrarse al lugar. El ojiazul estaba maravillado por las ventanas gigantes que llegaban del piso al techo dando hacia el gran jardín que seguramente Mer llenaría de bonitas flores y pequeños arboles.

El velocista estiró su mano para alcanzar la de su novia y esta la tomó con suavidad. Caminaron hasta el amplio y cómodo mueble gris en el medio de la sala y ambos se sentaron en él.

Mer de inmediato soltó una risita emocionada y movió sus pies como si fuera una niña pequeña con un juguete nuevo.

Pietro la miró contento, emocionado por todo el momento.
Ambos se reflejaban en la tv de 50 pulgadas frente a ellos.

— Stark se lució —balbuceó Mer— Sí sabe como gastar su dinero

Pietro sonrió a medias y asintió de acuerdo.

La castaña tomó de la mano a su novio, y la agitó emocionada.
—¿Quieres ir a ver la cocina?

Pietro asintió frenéticamente y ambos se levantaron para dar varios pasos emocionados hasta la cocina.

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora