｡･:*:･☆ 𝒎𝒊𝒏𝒅𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌𝒆𝒓 ||
❝━Sin ofender, Mer, pero antes eras muy amargada, y de pronto, cuando llegó Pietro, tu vida se llenó de colores.❞
˚ ༘✶ Pietro Maximoff x female OC ✶༘˚
𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰
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En una perfecta tarde de invierno, Mer se balanceaba de un lado a otro bailando esa canción que tanto le gustaba.
Esta vez, la música salía por el altavoz de la televisión, y ella cantaba con su dulce voz sobre la canción, mientras señalaba a su ojiazul favorito.
— Canʼt take my eyes off of you...
Se acercó a Pietro mientras cantaba esa canción, y el sokoviano, quien estaba sentado al borde de la cama, extendió sus brazos para invitarla a acercarse.
La castaña no rechistó, y caminó hasta él para sentarse a horcajadas sobre sus piernas, sin dejar de cantar.
Las manos de Pietro fueron a su cintura, y una gran sonrisa se dibujó en su rostro al sentirla tan cerca.
Tuvo que interrumpir el bello canto de su novia, cuando depositó un beso sobre sus labios.
— Eres tan preciosa...
La castaña no pudo evitar sonreír, mientras envolvía sus brazos alrededor del cuello del ojiazul.
De pronto, el timbre del departamento comenzó a sonar, y aquello pareció extraño, porque ellos no tenían timbre.
Pietro frunció el ceño, un poco molesto porque alguien interrumpía su momento.
— ¿Quién podría ser? —se quejó, con un puchero
Mer soltó una risita, y se encogió de hombros.
— Tal vez deberías despertar para averiguarlo —sugirió, mientras dejaba pequeños besos en las mejillas de su novio
— ¿Despertar? —balbuceó, confundido
— Es hora de despertar, dormilón.
Cómo si aquellas palabras fueran una orden, Pietro abrió los ojos de golpe, y en cuanto se dio cuenta de la realidad, maldijo en su idioma natal.
Todo había sido un maldito sueño.
Estaba completamente solo.
Pasó sus manos por su rostro con pesadez, irritado.
Otra vez ese sueño.
Ella junto a él, en un perfecto momento a solas.
El timbre seguía sonando, y poco a poco se dio cuenta que en realidad, era el ruido de su celular.
Alguien llamaba y el no quería descubrir de quién se trataba.
La llamada terminó, y Pietro agradeció al cielo por eso.
Soltó un gran suspiro, y procesó lo que acababa de suceder.
Durante los últimos meses, había tenido varios sueños recurrentes donde Mer era la protagonista. Sin embargo, la última semana estos se habían repetido cada vez más, y comenzaban a sentirse tan reales, que de pronto olvidaba que estaban separados por miles de kilómetros.
