𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff

2.43 - Al jardín

Pietro estaba en algún lugar del complejo, manejando sus emociones a su manera, mientras fingía contactar a un doctor para los extraños síntomas de Mer.
Él estaba un poco triste por el resultado de aquella prueba, pero, preocupado por lo que podría estar pasando con su novia.

Ahora quería concentrarse en otras cosas y no en la pequeña ilusión que tenía de ser padre.

La charla que tuvieron movió muchos sentimientos dentro de él, y por un momento, se sintió perdido. Ese sentimiento que tanto odiaba, y que pocas veces lo sentía cuando se trataba de su relación con Mer.

En cuanto a Mer, ella se sentía igual de perdida, pero no quería hacérselo saber a nadie.

La castaña bajó hasta la cocina para servirse un vaso de agua.
Después de tantas emociones, simplemente lo necesitaba.

La despensa ahora estaba distribuida de una manera diferente a como ella lo recordaba, así que, donde recordaba que guardaban los vasos, ahora estaba la colección de bebidas más caras de Stark.

Pensó por un momento cerrar la alacena, y seguir buscando un vaso para rellenarlo con agua, pero, su tentación ganó.

Sacó una botella que ya estaba iniciada, y para su suerte, era un maravilloso tequila.

Buscó los vasos, hasta que finalmente encontró uno, y entonces, lo rellenó con la bebida hasta la mitad.

No era una buena idea, pero un trago de tequila no le haría mucho daño.

Mientras estaba sentada ahí, recargada en la barra, sin muchos ánimos, sólo podía pensar en el futuro, y nada más que eso.

Su prioridad era traer a todos de vuelta, pero, ¿y si ya no podía?

Entonces, las cosas serían así para siempre, y tendrían que adaptarse a vivir una vida donde se sentirían incompletos así pasaran los días, los meses o los años.

Mientras ella estaba ahí, ahogándose por dentro, en el caos del momento, pudo ver a Ally acercándose, con un semblante tranquilo.

La menor caminó hasta el refrigerador, y tomó una botella de agua, para luego acercarse a la barra y sentarse frente a Mer.

— ¿Tequila? —cuestionó la menor, echándole un vistazo a su vaso— Creí que estabas embarazada. Leí la lista del supermercado.

Mer sonrió con decepción, cabizbaja.

— No lo estoy —se encogió de hombros, sin sin importancia

— ¿Estás buscando tener un bebé? ¿O fue uno de esos raros presentimientos? —inquirió Allyson, con curiosidad

— Tenía síntomas, ya sabes, mareos y náuseas, pero, tal vez sean por otra cosa.

— Claro, lo supuse —asintió sutilmente— Nadie está tan loco como para traer un bebé al mundo en estas circunstancias.

Mer rodó los ojos, y la miró con seriedad.

— Excepto Pepper —aclaró la menor, antes de recibir un regaño por decir aquello

La castaña soltó un suspiro, y le dio varios tragos más a su bebida mientras ambas se quedaban en silencio.

Ally observaba a su hermana con cuidado, tratando de descifrar que pasaba por su mente, sin leer su mente.

— Allyson, no hagas esa cosa de intentar leer mi mente sin leer mi mente —pidió la castaña, con una mueca

La aludida jadeó ofendida, y llevó su mano hasta su pecho.
— Creí que ya no leíamos la mente de la otra. ¡Me hiciste prometerlo!