2.25 - Fugitivos

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Los chicos se escabullieron en el edificio donde vive Matt Murdock, apoyándose de los poderes de Mer, para pasar desapercibidos si era necesario, pero a esa hora, ese edificio parecía estar más vacío que el espacio mismo.

Mer tocó la puerta con un poco de miedo, sin saber con certeza cuál sería la reacción de Matt.
Ni siquiera sabía si estaba ahí. Probablemente estaba peleando contra algún mafioso o algo así.

Para su suerte, escucharon la voz de Matt del otro lado de la puerta, y Mer pudo escuchar como este se levantaba con su bastón.

— Soy... Mmm... —lo pensó un poco, y luego susurró— Soy Mer

— No te va a oír —habló Scott, con obviedad, y sus palabras fueron en vano, porque Matt abrió la puerta en cuanto reconoció la voz de la castaña.

— Mer —asintió el castaño, con una pequeña sonrisa

— Matt, siento mucho llegar así, pero...

— Pasen, pasen —interrumpió, haciéndose a un lado para dejarlos pasar— Oí las noticias

Steve soltó un pesado suspiro, y otra vez pidió internamente que no le causaran problemas al abogado, o entonces se sentiría más culpable.

— Tomen asiento. ¿Quieren algo de tomar?

— ¿Tienes de ese increíble tequila que odias? —cuestionó Mer, y el castaño asintió, con una risita

— Te sirvo —dijo, para encaminarse a la cocina

— Oh, no, yo puedo —asintió la castaña, dejando una palmada en el hombro de su amigo

Pietro la siguió hasta la cocina, y se movió con tanta rapidez, que Matt se vio obligado a fruncir el ceño.

— ¿Hay alguien aquí que se teletransporta? —cuestionó el hombre, caminando hacia el mueble

— Es Pietro, corre velozmente —anunció Scott, con una sonrisa amplia

Matt sonrió también, y decidió sentarse frente a dónde sabía, estaba una mujer, pero no reconocía quién era, aún con sus habilidades.

— Oh, que grosera soy —se regañó Mer a sí misma, mientras se acercaba de nuevo a su amigo— Frente a ti está Wanda Maximoff, izquierda Steve Rogers, derecha Clint Barton, detrás de él está Scott Lang, y a un lado, Sam Wilson. Y yo, estaré en la cocina robandote alcohol junto a Pietro Maximoff.

Matthew soltó una pequeña risa, y Wanda no pudo evitar sonreír con ternura al oír la risita del castaño.

El primero en hablar fue Scott, con algo de vergüenza.
— Señor Murdock...

— Oh, llámame Matt. Ustedes pueden llamarme Matt

— Bien, Matt —asintió Scott, para continuar su petición— Mer nos dijo que eres un gran abogado, y aunque la conozco desde hace dos meses, confío mucho en ella. Como sea, ese no es el punto, el punto es que nos metimos en problemas cuando nos arrestaron por unos... ¿tratados? ¿acuerdos?

— Los acuerdos de Sokovia —aclaró Steve

— Sí, eso, rompimos los acuerdos de Sokovia, porque ayudamos al cap a salvar a su amigo de una asociación terrorista, y luego, nos metieron en la cárcel, la balsa, algo así, estuvimos ahí dos meses hasta que Steve, el cap, nos sacó, por lo que creo, que ese es un crimen más en nuestra lista de crímenes, y sé que pedimos mucho al venir aquí. Tú debes ser un hombre correcto, y estás en todo tu derecho de negarte, pero, de verdad quiero ver a mi hija de nuevo, y detrás de una reja creo que es imposible.

El gran discurso de Scott terminó con una pequeña sonrisa, y Matt asintió al analizar lo que él hombre le decía.

Mer se acercó a ellos, y tomó asiento a un lado de Wanda.
— Matt, sé que es mucho pedir, venir así y decirte que ayudes a una bola de criminales. De verdad, si tuviéramos otra opción, no te hubiéramos molestado.

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora