1.39 - Visita

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Al llegar a casa, lo primero que Mer hizo fue quitarse el disfraz de encima, para cambiarse a unas pijamas limpias, y más cálidas para cubrirse del clima frío de la madrugada.

Las palabras de Pietro pidiéndole que obtuviera una respuesta, rondaban por su cabeza en repetición.

Tomó las carpetas, y comenzó a repartir los documentos en diferentes montones, lo que ya sabía, lo que no sabía, lo que no tenía sentido, y lo que tenía que investigar.

Sacó de uno de sus cajones, algo de cinta de papel, y comenzó a pegar cada hoja en una de sus paredes.

En el centro, colocó una nota, que interrogaba en letras grandes su nombre, y el apodo que se le había asignado varias veces.

No sabía por dónde comenzar, pero hasta ahora, tenía un avance.

Entre teorías y letras, descubrió que sus poderes venían de generación en generación, y si era hija de una bruja, eso quería decir que Elys, su madre, venía de una generación de brujas muy poderosas, y que, ella podría tener una respuesta, pero, lamentablemente, no había forma de hablar con ella.

Las piezas comenzaban a hacer sentido, hasta que se topó con aquel fragmento del libro que Ally había citado anteriormente.

Mer tomó el pedazo de papel, y se escabulló hasta el piso de agentes, para buscar una computadora e investigar un poco.

Buscó entre los archivos información del libro, pero no pudo encontrarlo.

En la base de datos de Shield, no había ninguna información relacionada, y Mer comenzaba a sospechar que ese libro nunca perteneció como evidencia de SHIELD como ella creía, así que probablemente, Bradley lo había conseguido en otro lugar.

Soltó un suspiro, bastante cansada de estar casi toda la noche investigando.

Cuando revisó la hora en su celular, se sorprendió al descubrir las horas que llevaba despierta.

Las 5 de la mañana.

Era la hora perfecta para ir a buscar a Ally, pero, no era la hora perfecta para conducir, mucho menos después de no haber dormido en toda la noche.

Caminó hasta su habitación y se cambió a una ropa más casual, y luego, con timidez, caminó hasta la habitación de Steve, para llamar a la puerta.

El rubio abrió de inmediato, claro, era el único despierto a esa hora.

— ¿Puedo pedirte un favor?

El capitán no se negó, y se adentró a su habitación para tomar una sudadera.

Pasó por las llaves de su motocicleta, y junto a Mer, salieron hasta la dirección que la castaña llevaba en un trozo de papel.

Mientras ella se sujetaba a la cintura de su compañero, que conducía a alta velocidad en aquella motocicleta que recorreria varios kilómetros, no podía dejar de desear con fuerza que Ally estuviera dispuesta a ayudarla.

Cuando llegaron al lugar, varios guardias se acercaron a ellos, tratando de intimidarlos, pero, cuando el rubio se retiró el casco, ellos pudieron observar el rostro del ya conocido capitán América, y de inmediato los dejaron entrar.

— Esperaba algo más dramático — admitió Mer, mientras caminaba junto a Steve a la recepción.

El lugar no era cómo se lo imaginaba, incluso, era aún más bonito, menos trágico y se atrevería a decir que era muy moderno.

— Es una prisión de alta seguridad, no Brodway — soltó el rubio, con un tinte de sarcasmo

Mer entrecerró los ojos, y luego asintió.
El sarcasmo no solía ser parte de Steve, pero cuando lo era, sabía cómo usarlo.

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora