𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff

2.40 - Caos

Pietro dormía como un ángel, demasiado cansado para siquiera darse cuenta que dormía. Tanto estrés, dolor y decepción lo había dejado sin energía.

Sus mejillas estaban rojizas y sus ojos comenzaban a hincharse levemente después de haber derramado algunas lágrimas.

Mer no pensaba irse de ahí, hasta que recibió una muy inesperada llamada.

Matt Murdock estaba del otro lado del teléfono, muy confundido.

Su respiración sonaba agitada, y parecía estar teniendo un ataque de pánico mientras hablaban.

— Necesito tu ayuda —balbuceó, desesperado— No sé qué ocurrió...

Aunque trató de tranquilizarlo con palabras, Matt parecía no escuchar lo que ella decía, así que finalmente, la rubia decidió ir hasta su departamento, antes de que algo le sucediera con tanta confusión.

Dejó a Pietro durmiendo, y antes de irse, le dejó una nota, con la intención de no asustarlo cuando despertara.

Sonrió para sí misma cuando lo vio ahí, y pudo notar la sonrisa involuntaria que se dibujó en el rostro del ojiazul cuando dejó un beso sobre su mejilla.

No quería dejarlo así, pero confiaba en que estaría bien mientras ella se iba. Tenía un amigo al que ayudar.

Tomó una motocicleta prestada, y salió del complejo en cuanto pudo.

Cuando salió a las calles, se arrepintió de inmediato.

Las primeras calles estaban vacías, pero, las siguientes estaban hechas un desastre.

Carros chocados, locales siendo saqueados, y mucha gente en pánico.

Nadie entendía lo que sucedía aún.

Ahí fue cuando Mer se dio cuenta que los vengadores deberían estar más preocupados por ayudar a la gente a comprender el chasquido.

Lo único que sabían era lo que los medios de comunicación les presentaban, y aquello eran sólo especulaciones, porque aún no había una declaración oficial sobre la dura batalla en Wakanda.

Mer condujo hasta donde pudo, pero tuvo que detenerse unas calles antes de llegar al edificio de Matt, debido a un gran choque entre varios autos.

Sin pensarlo dos veces, se dispuso a ayudar.
Dejó la moto estacionada a un lado de la acera, y luego corrió hasta el carro azul en donde una mujer luchaba por salir.

La mujer sangraba de la frente, y parecía muy desconcertada. Su mirada estaba fija en la manija del auto que apenas y se movía.

Mer se acercó a ella, y trató de hablarle, pero la mujer parecía no poder contestar.

— Escuche, llamaré a una ambulancia —anunció la rubia, mientras buscaba su celular entre el bolso de su chaqueta

La mujer comenzó a voltear su rostro hacia ella, con lágrimas en los ojos. Lágrimas de dolor, pero también de confusión.

Apenas reconoció a la rubia frente a ella, soltó un jadeo de sorpresa, y su rostro se envolvió en enojo.

— ¿¡Qué haces tú aquí!? —reclamó

Mer frunció el ceño, confundida.

La mujer luchó aún más fuerte para abrir la puerta, hasta que Mer lo hizo por ella.

Cuando finalmente salió, la rubia intentó ayudarla a sostenerse, pero con un movimiento brusco, la mujer se soltó de su agarre.

— Señora, creo que será mejor que no se mueva mucho hasta que lleguen los paramedicos...