2.37 - Alma

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infinity war parte 1


𝐭𝐢𝐦𝐞 𝐢𝐬 𝐨𝐮𝐭, 𝐭𝐡𝐞 𝐞𝐧𝐝 𝐢𝐭'𝐬 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐚 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦

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𝐭𝐢𝐦𝐞 𝐢𝐬 𝐨𝐮𝐭,
𝐭𝐡𝐞 𝐞𝐧𝐝 𝐢𝐭'𝐬 𝐣𝐮𝐬𝐭
𝐚 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦





𝟭𝟵𝟵𝟵
𝐁𝐀𝐒𝐄 𝐃𝐄 𝐇𝐘𝐃𝐑𝐀

Mer pasó su mirada por el gran cristal que dividía su habitación de la de su hermana.
En él podía reflejarse. Una muy pequeña y muy cansada Mer se repasaba a sí misma con la mirada. Su rostro se veía delgado, más de lo normal, y pequeñas pero muy notorias manchas moradas adornaban alrededor de sus ojos.

Ojalá pudiera ver a Ally del otro lado, y no a ella misma.

Era su hora de dormir entre las terribles sábanas frías de la cama rígida del lugar que no era su hogar, pero que la forzaban a creer que lo era.

No comprendía mucho, pero, mientras estuviera con su familia, tenía la certeza de que no estaba en peligro.

Habían llegado ahí algunas semanas atrás, después de que dos hombres con traje tocaran a su puerta anunciando que era hora de la siguiente fase.

La última vez que estuvo ahí, tenía 2 años, y ahora sólo tenía pocos recuerdos de las paredes grises del lugar.

Su madre se acercó a ella, con una taza de chocolate y un pequeño recipiente lleno de bombones. Se sentó a su lado, y le entregó la bebida con cuidado de no quemarla.

Mer esbozó una sonrisa.

La pequeña y dulce Mer. Inocente, sin culpas ni remordimientos.

Bebió el líquido en la taza, y disfrutó los bombones, mientras su madre hablaba de un tema que ella entendía muy poco.

La mujer podía notarlo. Su hija odiaba escucharla hablar de cosas que no comprendía. A ella le gustaría escucharla hablar sobre las películas de ficción que tanto le gustaban, o que le contara esos cuentos de fantasía, hadas y mundos ocultos.

En cambio, la preparaba para una guerra que estaba muy lejos de entender.

Su madre hablaba y Mer cada vez se sentía más adormecida. Tal vez era por los extraños extractos de frutas que le agregaban a sus bebidas todos los días.

La pequeña castaña echó su cabeza a la almohada, y su madre la cubrió poco a poco con una manta de colores pastel.

La mujer soltó un suspiro, y se acercó a su hija para dejar un pequeño beso delicado en su frente.
— Mi dulce Mer, algún día serás tan grande que creerás ser invencible, pero, no siempre será así —negó suavemente con la cabeza, y tomó su mano debajo de las sábanas— Antes de que algo más pase, debes saber que tu destino es salvarlos.

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora