｡･:*:･☆ 𝒎𝒊𝒏𝒅𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌𝒆𝒓 ||
❝━Sin ofender, Mer, pero antes eras muy amargada, y de pronto, cuando llegó Pietro, tu vida se llenó de colores.❞
˚ ༘✶ Pietro Maximoff x female OC ✶༘˚
𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Quinjet de los vengadores aterrizó cerca del centro de Sokovia, y tan pronto como pudieron, el equipo se preparó para la batalla.
No sería fácil. Experimentarían algo nuevo, peligroso e intimidante.
Habían repasado el plan una y otra vez: Banner buscaría a Natasha y Thor lo acompañaría para encontrar lo que planeaba Ultron, mientras los demás se encargaban de evacuar a los habitantes en peligro.
El nerviosismo y la incertidumbre inundaba sus cuerpos mientras observaban los rostros de preocupación de las personas que salían apuradas de sus casas.
Si no lograban sacar a todos a tiempo sería un desastre, así que, su prioridad era sacarlos a todos sin ningún rasguño.
Lo que pasaba en ese momento era increíble, Wanda entraba en la mente de una parte del pueblo para avisarles que tenían que evacuar.
— Jamás había visto algo así —admitió Steve, observándola desde la acera, moviendo sus manos con lentitud
La gemela se encontraba parada en el centro de la calle y sus poderes podían llegar suficientemente lejos para cubrir la zona que le correspondía.
Los demás ayudaban movilizando a las personas, despejando el camino y previniendo cualquier accidente.
Clint ayudaba a una mujer a buscar a su pequeño hijo, que se había perdido entre la multitud.
La mujer describía a su hijo, desesperada.
El arquero asintió, indicándole a la mujer que lo buscarían.
— Chicos, un niño está perdido —explicó por el comunicador, alertando a sus compañeros— Su nombre es Dante, tiene problemas de visión. Vestía una camiseta roja.
— Entendido, lo encontraremos —respondió Steve, de inmediato
Su madre estaba asustada y confundida. En sus brazos una pequeña bebé se aferraba a ella, llorando sin parar.
Un momento después, Mer llenaba sus oídos con buenas noticias.
— Creo que lo veo, está a unos metros del puente.
La castaña bajó de su posición y fue a buscar al pequeño niño que se encontraba bajo la mesa de un restaurante, abrazando sus rodillas.
— ¿Dante? —dijo en cuanto se acercó
El niño asomó lentamente la cabeza, con lágrimas escurriendo por sus mejillas.
— Te llevaré con tu mamá, ¿De acuerdo?
El pequeño asintió, saliendo cuidadosamente de su escondite.
Al incorporarse por completo, Mer pudo notar el brazo del chico sangrando.
— ¿Qué te pasó ahí? —cuestionó, preocupada
— No lo sé, me empujaron muchas veces —explicó el pequeño, encogiéndose de hombros
