𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff

2.47 - Una llamada

Cuando sus ideas estaban en orden, Pietro decidió pasearse por el vecindario, en un intento por hacerse sentir mejor a sí mismo.

En su estómago había un vacío que sólo podría llenar con un delicioso pay hecho por Gretta, así que sin pensarlo dos veces, caminó hasta ahí.

En la cafetería, el letrero en la puerta decía cerrado, pero en cuanto Gretta lo vio del otro lado del cristal, no dudó en abrir sólo para él.

— ¡Muchacho! Que alegría verte por aquí —saludó la mujer con entusiasmo

Pietro sonrió ampliamente, contento de ser recibido de esa forma.

Gretta lo envolvió en un pequeño abrazo reconfortante, y luego lo invitó a pasar.

Ahí dentro, Rachel hacía su tarea en una de las mesas, y en cuanto el ojiazul la notó, fue a sentarse junto a ella.

Gretta de inmediato se dirigió a la cocina para traer una taza de café para él.

— ¿Cómo está todo por aquí? —cuestionó él, aceptando la taza entre sus manos— ¿Qué hay de Larry?

— Larry acaba de irse, fue a buscar algunas cosas que hacen falta para los pasteles —expuso Gretta— Lo demás está bien por aquí. Hay pocos clientes, porque a la gente aún le cuesta adaptarse a todo esto, pero, vamos poco a poco volviendo a salir.

Pietro asintió, juntando sus labios en una sonrisa a medias. Le dio un trago a su taza, y luego soltó un pequeño suspiro.

Observó a Gretta, y notó una pequeña cicatriz en su frente, justo donde un alien la había golpeado la última vez que la vio.

Ella pudo notar la mirada de culpabilidad en el rostro del ojiazul. Se sentó en la silla frente a él, y lo dejó que hablara.

— Lo siento mucho por todo esto —soltó Pietro— No sé si era algo que pudiéramos evitar, pero, ahora sé que es algo que no podemos solucionar. No por ahora.

Gretta asintió, con un poco de tristeza al oírlo tan desanimado. Con esas palabras sólo le había quitado la poca esperanza que le quedaba.

— Vi las noticias —dijo Gretta— Sé que Wanda fue una de las desaparecidas... Lo siento mucho.

Pietro sólo hizo un pequeño gesto, aceptando las condolencias.

— ¿Y qué hay de Mer? —inquirió la mujer

La pregunta a la que Pietro le había tenido ahora había llegado a sus oídos más rápido de lo que creyó.

— Está en Nueva York...

Gretta frunció el ceño de inmediato en cuanto escuchó esa respuesta inesperada.

— Por ahora estamos tomando caminos separados —murmuró él ojiazul, con una pequeña mueca

— Eso no suena bien —admitió Gretta

— ¡Lo mismo digo yo! —se unió Rachel de pronto

Pietro rodó los ojos, y asintió.

— Mejor haz tu tarea —sugirió él, irritado

— Sería más fácil si Mer estuviera aquí —se quejó la pequeña, con una mueca de disgusto— Ella me explicaba las matemáticas mejor que las instrucciones del libro

El ojiazul aceptó de acuerdo, pero no podía hacer nada al respecto, así que simplemente ignoró el hecho de que todos ahí -incluyendolo a él- extrañaban a Mer.

— ¿Sigues yendo a la escuela? —Pietro frunció el ceño, con curiosidad

— No, estoy tomando clases en casa —respondió Rachel, con una expresión llena de cansancio en su rostro— Mi tía Lucy dijo que aunque la escuela cerrara, yo no puedo dejar de estudiar, así que, me compró algunos libros para aprender mientras ella no está.