3.25 - Prueba

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"— ¿Y si hacemos una prueba?"

Esas palabras habían llevado a Pietro y Mer a escabullirse hasta su departamento, dejando a sus compañeros preocupados.

La ansiedad se reflejaba en los ojos de ambos.

Pasaron a una farmacia a comprar una prueba de embarazo, y luego llegaron a casa.

— ¿Estás lista? —inquirió Pietro, con una mirada tranquila

Mer, nerviosa pero esperanzada, asintió. Se dirigió al baño y tomó la prueba de embarazo. Mientras esperaban, se sentó junto a Pietro en el sofá, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. El tiempo parecía pasar más lento de lo normal.

— Pietro, no puedo dejar de pensar en la posibilidad de que el tratamiento haya hecho algo malo —dijo Mer, con una expresión de preocupación en su rostro— Si no es positiva, tendremos que preocuparnos. Y si lo es, tengo miedo de haber dañado al bebé.

Pietro la tomó de las manos y le dio un apretón suave.

— No pienses así, Mer. Lo hicimos para mejorar tu salud. Y si hay un bebé, estoy seguro de que está bien. Eres fuerte y él también lo será.

Mer suspiró, intentando calmar sus nervios. La posibilidad de estar embarazada la ilusionaba, pero también le daba miedo debido a una falsa alarma que habían tenido en el pasado.

— Recuerdo la última vez que pensamos que estaba embarazada. Me hice tantas ilusiones... y cuando no fue así, fue como si se me rompiera el corazón. — Mer bajó la mirada, jugando con sus dedos entrelazados con los de Pietro.

— Eso no lo sabía, cariño.

Mer agachó la cabeza. Nunca le contó a Pietro como se sentía, porque creyó que no era el momento. De lo único que había hablado en el pasado era de que sí estaban seguros de querer formar una familia.

— Pase lo que pase, estamos juntos en esto —habló el sokoviano— Si es positivo, celebraremos y haremos todo lo necesario para cuidarte a ti y al bebé. Y si no, seguiremos intentándolo cuando sea el momento adecuado.

Los minutos se hicieron eternos mientras esperaban el resultado. Mer, nerviosa, miraba el reloj sin parar, mientras Pietro intentaba mantener la calma, aunque también estaba ansioso.

Finalmente, el temporizador sonó. Mer tomó la prueba con manos temblorosas y la miró. Dos líneas. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

El sokoviano frunció el ceño.

— ¿Qué dice...

— Pietro... estamos embarazados —dijo con la voz quebrada.

Los ojos de Pietro se abrieron con amplitud. De inmediato la abrazó, levantándola del suelo mientras daba vueltas de alegría. Ambos se quedaron así por unos minutos, disfrutando del momento sin necesidad de palabras.

Mer, envuelta en lágrimas de felicidad, sentía cómo todas las piezas del rompecabezas de su vida se ajustaban a la perfección.

— No puedo creerlo —murmuró Mer, todavía en shock pero con una sonrisa radiante—. Después de todo lo que hemos pasado...

— Lo hemos conseguido, Mer. — Pietro la besó en la frente—. Tenemos que ser cuidadosos ahora, asegurarnos de que todo salga bien.

La castaña asintió varias veces, emocionada.
De pronto la preocupación no era su emoción principal, y eso estaba bien. Se preocuparían después.

— Tendremos un bebé —exclamó Mer, con emoción— Un mini Pietro

— O una mini Mer, puede ser —celebró Maximoff, con una gran sonrisa

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora