｡･:*:･☆ 𝒎𝒊𝒏𝒅𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌𝒆𝒓 ||
❝━Sin ofender, Mer, pero antes eras muy amargada, y de pronto, cuando llegó Pietro, tu vida se llenó de colores.❞
˚ ༘✶ Pietro Maximoff x female OC ✶༘˚
𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰
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Mer despertó ante la cálida sensación de las caricias de Pietro subiendo y bajando por su brazo con delicadeza. Esbozó una sonrisa tranquila, y se dio la vuelta para enfrentar cara a cara su novio.
El primer día en su nuevo hogar, se sentía como el día más feliz de sus vidas, pero también se sentía como el día en el que deberían quedarse a dormir por horas, recuperando las horas de sueño que habían perdido durante misiones.
— Buenos días, princesa —murmuró, mientras se acercaba a dejar un beso sobre la frente de su novia— ¿Cómo dormiste?
— Muy bien —asintió, soltando un pequeño bostezo— ¿Qué tal tú?
El ojiazul se limitó a asentir, con una pequeña sonrisa.
— ¿Podemos seguir durmiendo? —murmuró ella, con pesadez
Mer asintió con un puchero, y luego escondió su rostro en el pecho de Pietro. — No quiero levantarme —se quejó
El ojiazul negó suavemente, con una risita. Pasó las yemas de sus dedos sobre la piel de Mer, y llegó hasta su mejilla para acariciarla suavemente. — Tenemos que levantarnos, desayunar, y luego ir a dar una vuelta por el vecindario, como lo acordamos
— Podemos ir más tarde.
— Wanda estará esperándonos —recordó
Mer soltó un suspiro, y cerró los ojos por un momento, antes de resignarse y separarse de su novio para levantarse de las cómodas sábanas grises que los cubrían a ambos.
Se sentó en el borde de la cama, y parpadeó varias veces para acostumbrarse a la luz de la habitación. La flojera la invadía, y podía más con ella que la emoción de ir a recorrer el vecindario.
— ¿Lo ves? No es tan difícil —habló Pietro, levantándose de la cama para caminar hasta estar frente a ella
— Tengo mucho sueño —se quejó, soltando un bostezo nuevamente
Pietro le ofreció su mano, para ayudarla a levantarse. — Se te quitará con un baño
La rubia soltó un quejido, y tomó la mano del ojiazul para levantarse. — ¿Te duchas conmigo?
El velocista esbozó una sonrisa, y asintió.
Caminó con ella hasta la regadera, y se aseguró de revisar que el agua estuviera tibia, para luego tomar una relajante ducha junto a ella, que les quitó el sueño y la flojera a ambos.
Cuando salieron, Pietro se vistió en un segundo, y luego comenzó a peinar su cabello, mientras Mer terminaba de vestirse.
La rubia robó la sudadera que le había regalado a Pietro por navidad, y se la puso encima, acompañada de unos jeans negros y sus botas. Lo mismo de siempre.
