Sábado por la noche. Pequeñas gotas de lluvia rellenaban Nueva York. El otoño ya había comenzado, y el frío comenzaba a hacer presencia.
Pietro esperaba fuera del restaurant–bar donde tendría su cena con Mer.
Estaba parado en un lugar exacto para no mojarse. Esperaba a Mer, y mientras lo hacía, no podía dejar de sentirse nervioso.
Veía a las personas pasar, y evitaba fijar su atención en algún desconocido. Sólo la buscaba a ella.
Entre toda esa lluvia, y esa gente con paraguas, pudo observarla del otro lado de la calle, lista para cruzar en cuanto el semáforo estuviera en rojo.
Sostenía un paraguas marrón, que combinaba casi a la perfección con el color de su chaqueta.
Sus cabellos castaños caían sobre sus hombros con facilidad, y hacían que se viera realmente radiante.
Usaba maquillaje ligero, que resaltaba sus delicadas facciones.
Pietro se sintió embelesado en cuanto ella le sonrió.
Finalmente, Mer llegó frente a él, e intercambiaron saludos con amabilidad.
La castaña se encargó de cerrar su paraguas, y de inmediato, Pietro abrió la puerta para ella. Así, ambos entraron al lugar.
La señorita de la entrada los llevó hasta una mesa, y les ofreció tomar sus abrigos si así lo deseaban.
Mer se deshizo de su chaqueta marrón, y dejó ver la camiseta casual que llevaba debajo.
Inmediatamente, un mesero se acercó para dejar los menús.
Mer bajó su mirada a la cartilla, y no pudo evitar sentir sus mejillas enrojecerse cuando sintió el par de ojos azules sobre ella.
— ¿Qué? —cuestionó ella, levantando la mirada
— Te ves preciosa.
Sus mejillas se convirtieron en un par de tomates, y no pudo evitar soltar una risita llena de nervios.
Pietro sonrió de lado, bastante cautivado por esa pequeña expresión en su rostro.
— Gracias —asintió ella— También te ves muy bien
— Me esforcé —admitió el sokoviano, con una pequeña sonrisa modesta
— Pff, como si lo necesitaras —se burló ella, con una mueca de sarcasmo
Ahora, quien se sentía inexplicablemente sonrojado, era él.
El mesero llegó de nuevo a su mesa, y ambos ordenaron. Podría decirse que lo mismo de siempre.
Lo primero en llegar, fueron dos copas de vino tinto.
— Y bien... Cuéntame ¿Qué tal Edimburgo? —Mer levantó las cejas, sugiriendo que él hablara
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𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff
Fanfiction。・:*:・☆ 𝒎𝒊𝒏𝒅𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌𝒆𝒓 || ❝━Sin ofender, Mer, pero antes eras muy amargada, y de pronto, cuando llegó Pietro, tu vida se llenó de colores.❞ ˚ ༘✶ Pietro Maximoff x female OC ✶༘˚ 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰