1.28 - Cake

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Por el pasillo del complejo, Mer empujaba la silla de ruedas hasta la camilla de Natasha para ayudarla a ir a su habitación.

— Ya te dije que puedo caminar —gruñó la pelirroja una vez más, mientras se ponía de pie

— Y ya te dije que no me importa —reclamó Mer— Déjame cuidarte

Natasha finalmente se sentó en la silla, un poco incomoda, pues prefería caminar, pero todos se preocupaban tanto por ella que no quería hacerlos sentir mal si se negaba a las ofertas de sus cuidados.

— Haz estado en esta aburrida habitación por 2 días, así que te daré el mejor recorrido de la sala hasta tu habitación — afirmó Mer, mientras comenzaba a empujar la silla hasta el elevador

La pelirroja soltó una pequeña risa, esperando que su compañera no terminara tirándola de la silla con tanta emoción.

— Siento mucho que esto te haya pasado, Nat — admitió la castaña

— No es tu culpa — negó con la cabeza, mientras le dirigía una mirada honesta

— Es que sí lo es, somos un equipo — expresó, preocupada

— Mer, sé cómo se siente el creer que tienes la culpa, pero, a veces el descuido no es culpa de nadie — se encogió de hombros con sinceridad

Mer soltó un suspiro, y luego las puertas del elevador se abrieron en el piso de los dormitorios.

— Hemos llegado — soltó Mer, con un tono gracioso

— Déjame caminar de aquí a mi habitación — pidió la pelirroja, mientras trataba de ponerse de pie

— Ya te dije que no, ¿Por qué eres tan terca? — reclamó Mer, deteniendo a Natasha

— No me digas nada, tú eres igual — bufó, haciendo que su compañera rodara los ojos

— Míralo por el lado amable, estoy practicando para cuando estés viejita y tenga que llevarte a todos lados — bromeó la castaña

— No lo creo, vas a estar muy ocupada empujando la silla de Steve —

Ambas rieron mientras seguían su camino hacia la habitación de Natasha.

Mer abrió la puerta, y luego empujó a Natasha adentro.

— ¡Por fin una cama de verdad! — celebró la rusa, levantándose de inmediato para lanzarse a su cama

Mer la observó con una sonrisa amplia, feliz de que su amiga estuviera bien y que su amistad estuviera bien.

— Bien, ya puedes irte con el sokoviano y dejarme disfrutar — ordenó Natasha, mientras acomodaba las almohadas

— ¿De verdad vas a seguir durmiendo? — cuestionó la castaña, divertida

— Tengo un tobillo casi roto, eso es una gran justificación para mi sueño de oso — se encogió de hombros, sin importancia

— Bien, vengo por ti a la hora de la cena — indicó Mer, mientras acomodaba la silla cerca de la cama de su amiga

— ¿¡Qué!? ¡No! — negó de inmediato — Yo puedo moverme sola, no quiero que me confinen a esta silla

— Natasha, si intentas caminar nunca vas a sanar por completo, sólo son unas semanas — frunció el ceño, mientras le dedicaba una mirada autoritaria

— Sólo me darás órdenes por esta vez, Hawkins — se cruzó de brazos divertida, y luego se acomodó en su cama

— Muy bien, está bien — asintió Mer, para luego retirarse de ahí

𝗺𝗶𝗻𝗱𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗲𝗿 ⸺ pietro maximoff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora