Prácticamente dormía, comía y vivía junto a Kail. Desconfiaba de todo y todos, sentía que mi niño estaba en peligro y yo debía estar junto a él para protegerlo lo mejor posible. Sin embargo, no era la única que acampaba junto a la cuna de mi pequeño príncipe. Su papá, aunque se quejara de los llantos o de que ya no dormía junto a él, acudía cada vez que Kail lloraba.
Como yo no había querido que ninguna mujer se hiciera cargo de sus cuidados, me encargaba de bañarlo, cambiarlo, alimentarlo y dormirlo, únicamente con la ayuda del rey papá. Aunque en sus tiempos era la mujer la que debía atender a los hijos, cuando Alaric me encontraba dormida no me despertaba, era él quien se ocupaba de atender a su primogénito.
En un principio había estado aterrado, pero después de que los días fueron transcurriendo se acostumbró a cargarlo, cambiarlo y alimentarlo. A ese punto todavía no se atrevía a bañarlo por temor a que terminara ahogándolo pero en eso estábamos.
— Hola mi amor. — Dije mientras lo tomaba en brazo delicadamente. — ¿Cómo está el príncipe más hermoso de todos? — Como si me entendiera, mostró sus encías y pataleó.
Si hubiera estado en mis tiempos estaba segura de que tendría un gran futuro como futbolista. Kail pateaba en todo momento, cuando lloraba, estaba tomando un baño e incluso cuando comía.
— Eres tan hermoso. — Besé castamente una de sus regordetas mejillas.
— Mi hijo me roba a mi mujer...— Murmuró una voz masculina a mis espaldas.
— Por supuesto, ¿ha visto lo encantador que es? — Sus largos dedos elevaron mi mentón.
— Lo veo, realmente encantador. — Continuó murmurando mientras me observaba a los ojos y dejaba un casto beso en mis labios. — Igual que su madre, si me permite decirlo.
— ¿El rey halagándome? ¿Qué he hecho en mis vidas pasadas para tener este privilegio? — Su comisura derecha se elevó sutilmente.
— Debió ser mi mujer en cada una de ellas. — Dijo con cierta picardía. — Debería descansar. — Su cuerpo se colocó junto a mí, sentándose en el antepecho del vano. — Luce indispuesta.
— Estoy bien. — Me puse de pie con Kail en brazos para acercarme a él.
Tan pronto estuve frente al vano sus manos se posicionaron en mis caderas, tirando levemente de mí.
— Aunque. — Acerqué mi rostro al suyo y besé sus labios. — Tal vez. — Volví a besarlo. — Debería. — Repetí mi acción una y otra vez. — Dormir con nosotros.
— Usted es la que huye de nuestro aposento. — Una carcajada brotó desde lo más profundo de mí.
— No huyo, cuido a nuestro hijo. — Su cabeza se movió de un lado a otro, negando con lentitud.
— Huye de tener más descendencia. — Kail sonrió, mostrándole su encía rosada y sin dientes a su papá. — Y Kail lo sabe.
— No estoy segura de querer que otra personita salga de mí. — La sonrisa que Alaric tenía en los labios era radiante y tenía una mezcla fascinante entre picardía, travesura y alegría que me resultaba hipnotizante. — A dormir.
Como si hubiera sido una orden a la que no podía negarse, mi amorcito me siguió hasta el lecho y se acostó a mi lado, tomando a Kail entre sus brazos y colocándolo en su pecho. Descansamos entre sus brazos, siendo protegidos por el gran rey que nos resguardaba del mal que se ceñía a nuestro alrededor.
Durante algunos pocos instantes antes de quedar dormida había pensado en que ya no caía rendida después de bañarme o mientras lo hacía y no pude evitar asociarlo con aquella mujer. Tal vez y solo tal vez, había estado lavando mi cuerpo con alguna mezcla extraña que había hecho y eso me aterraba porque los baños tenían el mismo efecto que el agua de lavanda.
Me encontraba sentada en una silla mecedora, acariciando el cabello rubio del niño que estaba sentado en mis piernas. Él no hablaba, solo se aferraba a mi cuello mientras lloraba sin parar.
— Tranquilo mi niño. — Susurré como si supiera lo que estaba atormentándolo.
— Tengo miedo mami. — Balbuceó entre el llanto.
— No temas mi príncipe, mamá está aquí. — Mis palabras y constantes caricias fueron calmándolo hasta que quedara rendido contra mi pecho.
Con delicadeza llevé parte de mi vestido hacia su nariz para limpiar los moquillos que caían constantemente. A nuestro alrededor todo estaba oscuro y nos rodeaba una sensación extraña que solo había sentido cuando se acercaba el peligro y aunque quise despertarlo para llevarlo a un lugar seguro, no me fue posible.
Un estruendo llegó a mis oídos, causando que abriera los ojos con exageración y me sentara en la cama. Mi corazón parecía querer salirse de mi pecho y no era la única porque Alaric no dudó en dejar entre mis brazos al pequeño que lloraba debido al susto y saltar de la cama para ver qué había sido aquello.
— Tranquilo mi amor, papá fue a regañar a quien te asustó. — Besé su frente mientras lo mecía para que se calmara.
Estaba intentando calmarlo pero la realidad era que yo me encontraba al borde del colapso. Siempre que había un fuerte estruendo, gritos o algo quebraba el silencio de la noche, sucedía algo malo. No, cada vez que el silencio era interrumpido era porque la bruja había llegado y a eso le temía, a que hubiera regresado.
— Todo está bien mi cielo. — Poco a poco su llanto fue calmándose hasta que se quedó dormido.
Cuando la calma comenzaba a recorrer mi cuerpo los vellos de la nuca se me erizaron por una repentina brisa. Para evitar que Kail se enfermara me moví con la intensión de resguardarlo, sin embargo, mis movimientos se detuvieron cuando mi espalda chocó con algo duro a mitad del aposento.
Alaric se había ido.
Estábamos solos.
Era imposible que alguien hubiera entrado.
Mierda. Mierda. Mierda.
— ¡Bruja! — Grité con todas mis fuerzas mientras comenzaba a correr con mi hijo en brazos.
Corrí lo más rápido que pude, protegiendo a Kail con mis brazos para que no recibiera ningún tipo de daño y para que no se me cayera. Mi niño lloraba nuevamente y cuando logré perderla me oculté en un aposento mientras trataba que él se calmara.
Estaba asustada, nerviosa y al borde del llanto.
Eso no podía estar sucediendo, no era posible. La persecución debía ser parte de un sueño cruel y pronto iba a abrirse un hueco para que yo volviera a la realidad, debía abrirse un maldito agujero.
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Flecha de Fuego© EE #6
Fantasy💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe la copia o adaptación.💫 •Sexto libro de la saga EE.• •Es necesario leer todos los libros para comprender lo que sucede en la historia y conocer a los personasjes.• Aquellas tierra...