Después de una noche complicada debido al espantoso frío que hacía, llegó la mañana y con ello otra larga caminata, así los días siguientes. Durante todo ese tiempo no había podido descansar bien porque había estado intentando entrar en calor durante gran parte de la noche. Haber hecho una fogata habría sido una gran opción pero no teníamos ramas o un par de piedras secas y escarbar en la nieve para encontrar esos materiales sería una pérdida de tiempo.
Nadie podía garantizar que en el lugar de la excavación habría ramas servibles o piedras lo suficientemente buenas como para lograr sacar alguna que otra chispa. Tampoco teníamos la certeza de que quien escavara no sería atacado por algún animal salvaje que estuviera enterrado en la nieve, en alguna cueva o bajo la húmeda tierra.
No, simplemente no valía la pena.
Mientras caminábamos no pude evitar pensar en lo cotidiano que se había vuelto ver el cielo de color gris y las constantes nevadas, sobre todo cuando se estaba en la intemperie. Eran prácticamente las mismas vistas por todas partes: árboles quemados, nieve por todas partes y el cielo con diferentes tonalidades de gris.
Hermoso pero aburrido.
El vaho salía de nuestras bocas y narices con cada inhalación y exhalación. Ese día en particular hacía más frío que nunca, tanto que incluso los más rudos y poco expresivos se encontraban tiritando.
— Me estoy congelando...— Susurré mientras posicionaba las manos cerca de mi boca para intentar que éstas entraran en calor.
Mi boca se mantuvo cerrada durante todo el viaje sin importar que el frío estuviera calando en mis huesos o que mi estómago no hubiera dejado de hacer ruido. Tenía hambre pero era consciente de que conseguir comida era casi imposible así que me mantuve lo más tranquila posible.
Para dejar de pensar en todos mis males preferí centrarme en el hombre de mirada verdosa. Por suerte o por desgracia ese hombre no me había dirigido la palabra desde la noche anterior pero eso no era un impedimento para que cada tanto me observara.
Tal vez para asegurarse de que no estuviera haciendo nada con sus soldados o para ver que todavía no había escapado, fuera cual fuera el motivo, su mirada llegaba a caer sobre mí sin importar en dónde me ubicara. Su acoso visual era algo que estaba llevando mi paciencia a límites insospechados pero cuando Jiram dio un par de pasos hacia atrás sin un motivo aparente, tuve que respirar para no golpearlo.
— Tranquila Thabita, respira...— Murmuré para mí misma. — Solo está asegurándose de que todos estemos bien, solo eso. Solo eso...— Respiré profundo mientras imploraba por paciencia. — Jiram, acérquese.
— Jiram, atrás. — Su orden había sido dicha con fuerza, brusquedad y sin pizca de gracia.
— Jiram...— El pobre chico estaba tan confundido que no sabía si dar un paso hacia adelante o quedarse justo donde estaba.
— Se lo advierto Jiram, un paso y...— Levanté la mirada antes de que terminara de amenazar a un niño.
— Kamal. — Los pies de Alaric parecieron clavarse al suelo justo antes de que girara su cabeza con lentitud hasta observarme con aquella furia contenida que estaba a punto de desatarse. — Acérquese.
— Kamal, piense en dónde se encuentra su lealtad. — Levanté la mano para que no se acercara antes de que la situación se pusiera realmente fea.
Mierda, la había cagado.
Algo me decía que Alaric estaba esperando a que Kamal se acercara para cortarle la garganta de una buena vez. Lastimosamente para él, yo no iba a causar la muerte de una persona. Suficiente había tenido con el duque de Vielnatt como para poner el cuello de mi protector sobre la espada del rey.
— De acuerdo, vamos a calmarnos un poco. — Reí levemente aunque eso no me daba ni pizca de gracia.
— Esa mujer...— Alaric se dirigió a sus soldados mientras me señalaba. — La princesa a la que deben proteger... Será su reina, mi mujer.
¿Eh? ¿Qué había dicho?
¿Ehhhhhhhhhhhhhhh?
— Quien ose a tocarla, faltarle el respeto o siquiera pensar en ella como mujer, será asesinado. — Observó a cada uno pero le dedicó más tiempo a Kamal de lo que era realmente necesario. — Yo mismo cortaré sus cuellos y colgaré sus cabezas en el pueblo.
— Eso no es...— Su mano fue alzada con rapidez.
— He dicho, prometida. — Y sin más continuó con su camino.
Siguió con la caminata como si no hubiera soltado una bomba en medio del bosque junto a una clara amenaza.
Alaric estaba loco pero ese juego del rey y la prometida conmigo no iban a funcionar, no señor. Si creía que así iba a impedir que socializara con los soldados o fuera amable con las personas estaba muy equivocado. Aunque tuviera que sacarles las palabras de la boca iba a mantener conversaciones con esos hombres y punto.
Alaric no me mandaba y era momento de demostrárselo de una buena vez.
Caminé lo más rápido que pude para poder llegar allá al frente en donde se encontraba. Cuando lo alcancé me acerqué lo suficientemente a él para que nadie pudiera escucharnos.
— ¿Dónde está el anillo? — Levanté la mano para que pudiera verla.
— ¿Disculpe? — La confusión era evidente.
— Si voy a casarme, ¿dónde está el anillo? — Moví mis dedos para hacer énfasis en mi pregunta. — No hay, ¿verdad? Entonces no estoy comprometida y no lo estaré hasta tener un gran y deslumbrante anillo. Por lo tanto, continuaré hablando con todos. — Abrió la boca para decir algo pero fui más rápida. — Me pondré frente a cada persona a la que quiera cortarle el cuello, primero tendrá que asesinarme antes de llegar a ellos.
— Soy su rey y usted será mi mujer, es una orden. — Antes de poder responderle como era debido, Alaric tomó mi cabeza y la giró hacia el lado contrario al que nos encontrábamos.
Muralla a la distancia.
Muralla.
Muralla.
Muralla.
Britmongh.
Casa.
— ¡Llegamos! — Sin importarme que hacía escasos segundos hubiera estado discutiendo con él lo tomé de la mano y comencé a correr sin soltarlo.
Pronto llegó a mis oídos el sonido de las cientos de armaduras que iban detrás de nosotros.
— ¡El rey ha vuelto! — Escuché a la distancia. — ¡La princesa ha vuelto!
Sí, habíamos vuelto. Nos encontrábamos de regreso en nuestro hogar.
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Flecha de Fuego© EE #6
Fantasy💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe la copia o adaptación.💫 •Sexto libro de la saga EE.• •Es necesario leer todos los libros para comprender lo que sucede en la historia y conocer a los personasjes.• Aquellas tierra...