Aynoa poco a poco volvió a la normalidad, paso el resto del día en la habitación del duque sin que él se volviera a presentar. Milla la ayudó a bañarse en cuanto le trajeron ropa limpia y luego ambas comieron un poco de guiso de carne con patatas. El ambiente dejo de estar tan tenso, en una habitación bastante hermosa, ella se sintió más agusta.
—Esta bueno a pesar de lo que habían dicho —dijo Aynoa al recordar las disculpas de las criadas por no tener cocinero de alta clase.
—De verdad espero que todo mejore, en el marquesado usted tenía bastante comodidades, mínimo aquí deberían entregarle lo mismo o más.
—Si Milla, pero no es que me moleste tampoco.
—No sea tan humilde. Le haré una pregunta que aún me causa extrañeza —dijo Milla mirándola con una leve sonrisa—. ¿Hay algo que haya hecho dentro del carruaje para que usted se sienta tan emocionada con el duque?
—¿Emocionada?, ¿qué?
—Eso es lo que usted dijo, que desde que íntimo con el duque los desmayos son más frecuentes.
—¡Ay dios Milla! ¿Eso dije?
—Sí, eso entendí yo, el duque también se vio un poco incómodo por sus palabras. Sé que es un contrato, pero ¿Usted y el duque ya están juntos?
—¡No! Claro que no, el... El sigue siendo el duque...
—Y usted la duquesa, su pareja... Su esposa.
—No Milla, no yo y él... Tarikan dijo que aquí no debo actuar como su esposa.
—Bueno, solo era una pregunta —dijo ella riéndose burlescamente—. No necesita ponerse tan nerviosa. No había visto al duque sonreír de esa manera cada vez que trata con usted.
—Es solo un idiota que le gusta fastidiarme constantemente.
—Como usted diga mi señora.
Impensable, inimaginable eran las palabras que llegaron a su mente. Era un contrato, el duque jamás la vería como una posible pareja ya que se comportaba así por todo lo que se había pactado.
—Milla —dijo mencionando el nombre de su criada—. ¿Recuerdas que en las historias de los trovadores hay algunas que hablan sobre volver a vivir otra vida aquí en la tierra?
Aynoa se seguía sintiendo extraña, parecía que su mente se desconectaba y se esfumaba pensando en las cosas que había vivido en la otra vida, pero ¿que tenía que ver aquel libro que vio sobre un velador? Siempre le había gustado leer, pero no parecía que aquel recuerdo tuviera relevancia con la vida de ahora.
—La recuerdo, había uno en especial que siempre pasaba a las diez de la mañana por mi hogar. Hay muchas parecidas, pero está es la más conocida —dijo ella y rápidamente entonó una canción hermosa y de buen ritmo.
En esta vida cruel
Los libros no han de conocer
Historias de un nuevo amanecer
Que hay más vida al fallecer.Nadie podrá ver
Lo glorioso de nacer
Que mis ojos verán
Al mesias de NazarethY todos preguntarán
Que en el cielo me he de quedar
Pero tengo otra oportunidad
De volver a mi tierra natal.—Solo habla del cielo Aynoa, la tierra natal es allí con Dios.
—Pero ¿y si no?
—¿Qué le preocupa?, ¿piensa que puede llegar a morir aquí? —Milla se sentó a su lado y mientras la observaba puso su mano sobre las suyas—. Entiendo que ninguna de las dos había visto al duque tan furioso cómo hoy, pero entienda la situación. Estoy segura que él jamás le hará daño, me ha encomendado su bienestar, si no se preocupara por usted no me hubiera dicho nada. Hay muchas partes del duque que reicn aquí vamos a conocer.
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Tarikan - Las cadenas de la Corona
FantasySu gente, su pueblo, sus sueños, todo lo que era importante acabó aquella tarde. Los monstruos gobernados por un demonio atacaron el marquesado aniquilando todo a su paso y la ayuda llegó bastante tarde. Llevada a la capital junto a su familia, Ayno...