—Maldito infeliz —lloró Aynoa.
Al día siguiente, despertó en su cama descubriendo los dolores de su cuerpo, rodó sobre su estómago completamente adolorida y gimió en silencio.
Parecía que el día anterior la habían golpeado con un garrote, le dolían los pies, las manos, la espalda y en especial sus muslos junto con el trasero.
Milla entró a los pocos segundos con sábanas y toallas limpias para encontrarla envuelta en tapas, su rostro estaba hundido debajo de las almohadas y pequeños quejidos la recibieron.
—Mi señora, ¿está todo bien? —preguntó extrañada.
—Recibí su castigo —dijo ella entre voz baja mientras se sentaba lentamente en la cama.
—¿De qué está hablando?
—Del duque.
—¿Se refiere a que usted le regaló su ropa y le mando a hacer tenidas nuevas? Las sirvientas dijeron que el duque no se enfadó, de hecho le agradeció a usted con un caballo y que la sacó a pasear junto con él, ¿dónde está el castigo allí?
—Él sabía todo, sabía que hoy mi cuerpo estaría masacrado.
—Mandaré a traer el agua caliente, sus músculos se relajarán y deberá tomar hierbas medicinales para no sentirse tan fatigada.
—Dios, jamás me había sentido así.
—Va a tener que salir a cabalgar más seguido, así su cuerpo se acostumbrará a esos esfuerzos y de a poco dejará de doler.
Con un suspiro, Aynoa dejó escapar hasta el alma.
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Empapada en el agua caliente y humeante, Aynoa sintió como su cuerpo comenzaba a dejar de estar tan tenso. Milla le enjabonó su pelo delicadamente mientras escuchaba las cosas que Aynoa había hecho en el día de ayer, sorpresivamente descubrió que todo lo que había asumido del duque era cierto. Su criada era buena para conversar con los demás sirvientes, gracias a ello siempre estaba bien informada y sabía que el duque también estaba involucrado en muchas cosas de la ciudad, confirmando así que el hombre ponía mucho interés en el bienestar de toda la gente que vivía en Castilville.
—Sabes, a veces siento que lo conozco, siento que muchas cosas que no conocía de él, lo sabía desde un principio —dijo pensando en el hombre y en las interrogantes que tenía.
Con cuidado salió del agua y comenzó a secarse con delicadeza, porque cada vez que movía su cuerpo, el dolor volvía a ella. Milla fue sumamente delicada.
—Es normal creer en eso, todos hablan del duque, todos lo conocen y todos creen saber hasta lo que piensa, pero solo usted y la gente que vive aquí conocen realmente como es el señor. No se exija, poco a poco los matrimonios se van forjando.
—Es solo un contrato Milla.
—Entonces disfrute de este contrato mi señora.
Aun así, escuchando las palabras de su criada, no sentía que aquello estaba correcto, era imposible que Aynoa supiera cosas del hombre sin antes haberlo escuchado y ahora recordando aquello, también pensó en Reimy, conocía como era de apariencia antes de verlo por primera vez.
—¿Seré una bruja? Una bruja que tuvo otra vida y que ahora podía conocer a la gente sin ni siquiera hablar con ellos?— se dijo mientras era peinada por su criada.
—Señora —dijo una mujer tocando su puerta para luego entrar—. Los entrenamientos han terminado y el duque pregunta por usted.
—¿Por mí?
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Tarikan - Las cadenas de la Corona
FantasySu gente, su pueblo, sus sueños, todo lo que era importante acabó aquella tarde. Los monstruos gobernados por un demonio atacaron el marquesado aniquilando todo a su paso y la ayuda llegó bastante tarde. Llevada a la capital junto a su familia, Ayno...