Los días fueron pasando, el castillo del duque se cerró por completo y nadie supo qué ocurría en esas paredes por al menos un mes. Fuera de allí, parecía que para todo el reino todo había vuelto a la normalidad. La gente comenzó a organizarse para elegir un rey, un rey que pudiera gobernar con sabiduría, pero tampoco un rey débil. Por primera vez en la historia, la sangre no sería la que decidiría quién subiría a aquel trono, por lo tanto, muchos sucesos trajeron aquello.
La gente más de una vez pronunció el nombre del duque, lo querían como rey de todo Hamrille, pero eso nunca ocurriría, el hombre vomitaría primero antes que una corona se posará en su coronilla. Aun así, la gente no perdió las esperanzas, las serpientes y los demás soldados se agruparon y controlaron a la multitud. Muchos nobles fueron nombrados, incluso el nombre del marqués estuvo allí, pero gracias a la historia cruel que había cometido en el nacimiento de su hija, su nombre pronto fue borrado.
Todo el mundo estaba atento a aquel acontecimiento, las noticias iban y venían, pero para la gente del ducado, un acontecimiento había pasado entre boca a boca.
Las primeras semanas fueron difíciles, Tarikan había hecho cosas horribles con los seres queridos de la ciudad, las disculpas llegarían, pero cada vez que se preguntaba por él, los soldados tenían distintas respuestas.
"Está de viaje, está ocupado, está enfermo, no está, ya se les va a compensar"
Todo lo que ocurría en el ducado se mantenía en el ducado, y aunque ninguna persona había visto entrar o salir al duque del castillo, la fe y la lealtad que aún mantuvo, hizo que la gente comentará en voz baja el rumor de que la señora había vuelto a la vida.
Aun así, la gente estaba preocupada, los hermosos pastos del exterior comenzaron a secarse, el castillo fue reconstruido, pero aún se veía bastante abandonado y sucio. Extraño para los que realmente conocían los gustos del duque, ¿Acaso había muerto?, ¿Quién estaba a cargo del castillo si él ya no estaba?
Las interrogantes se mantuvieron por un tiempo, muchos decían que el duque se había suicidado después de la perdida de su amada esposa, otros, que los había abandonado a todos, incluso a su hijo, quien estaría siendo criado, bajó el cuidado de los soldados, pero la realidad nunca estaba tan lejos de aquellos pensamientos.
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—Tarikan... Oh Tarikan...
Su voz, ¿Cuánto tiempo había anhelado escucharla?, ¿cuántas noches pasaron imaginando como volvía a pronunciar mi nombre? Llámame idiota; como tanto te gustaba hacerlo, llama por mi nombre porque solo de tu boca pareciera que mi alma se vuelve libre, llámame amor, por qué solo a ti mi corazón alocado y aventurero ha encontrado con quien estar.
La música de un violinista a lo lejos, el canto de las aves y una leve caricia de una brisa que entraba por la ventana, hizo que aquel cuerpo enfermo y débil comenzará recién a reaccionar.
El tiempo fue efímero, inconcluso y poco claro, pero allí luego de unos meses las pestañas del hombre temblaron unos minutos para luego separarse y unos ojos que nadie veía hace mucho, intentaron enfocar lo que miraba.
Podía escuchar su propia respiración, salía de forma brusca, y entre cortada. Extrañado observó el lugar sin moverse, una elegante habitación lo hizo darse cuenta de que había vuelto, pero su cuerpo no se sentía igual.
Levantando lentamente la mano, sintió como esta era más pesada de lo habitual, pero luego comprendió el porqué sentía que su propia extremidad era distinta.
Su mano era delgada y un poco huesuda, al igual que sus brazos, que habían disminuido su grosor. Entonces llevó sus dedos a tocar su rostro y también lo noto extraño, no se reconocía, y tampoco recordaba porque estaba así.
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Tarikan - Las cadenas de la Corona
FantasySu gente, su pueblo, sus sueños, todo lo que era importante acabó aquella tarde. Los monstruos gobernados por un demonio atacaron el marquesado aniquilando todo a su paso y la ayuda llegó bastante tarde. Llevada a la capital junto a su familia, Ayno...