A mirada de Reimy, los duques eran una pareja bastante buena y tranquila. No siempre pudo ver al hombre hablar tranquilamente con una mujer, la famosa flor de loto era alocada, con una energía que no iban a la par con el duque y siempre lo veía con el ceño fruncido.
En esa noche hermosa completamente despejada, el mayordomo no permitió que ningún invitado saliera al tercer balcón. No siempre veía a la parejita junta y a solas por lo tanto pensó que está era una buena oportunidad de compartir entre ambos. Aunque aún no veía ni un solo afecto del duque hacia ella, solo era cabelloroso con su esposa.
—Deberíamos entrar, después de todo hemos bailado mucho, ¿no te sientes cansado? —preguntó ella mientras lentamente apoyó su cabeza en el hombro de hombre. Tarikan no la apartó.
—No, ¿tu si?
—Jamas había bailado tanto, y siento que he aprendido mucho a tu lado. Nunca pensé que los gitanos harían una fiesta de ese tipo, tan alocada y divertida, ¿todos los años vas?
—Te volveré a llevar, si quieres. Hacen fiestas seguidas, pero hay algunas que son un poco más liberales de lo que viste hoy.
—¿Más libres? —preguntó ella levantando su rostro y mirandolo sin entender.
—No te preocupes, no te llevaría allí... aún. ¿Quieres entrar?
—Me duelen los pies, pero tus invitados...
—No importa, te llevaré al dormitorio. Será mejor que descanses.
Aynoa solo asintió con su rostro para comenzar a dar unos pasos hacia el interior, pero en cuanto lo hizo sintió las manos del duque en su espalda y en cosas de segundos soltó un leve suspiro de asombro al ser levantada.
—Tarikan los invitados.
—¿Por qué te preocupas por ellos? Iré por el camino más largo, después de todo, dijiste que te dolían los pies.
Aynoa se aferró a su cuello mientras el hombre la cargó hacia las habitaciones, parecía que no le molestaba a él tomarla, no sentía desequilibrio o que se esforzará para tomar su peso.
Disfrutó nuevamente de esa cercanía, y aprovechó de mirarlo con más atención. Sintiendo su cuerpo apegado a él, deseó que jamas llegarán a la habitación, había sido una noche que nunca se imaginó que pasaría. Hoy sentía que entre ambos habían formado algo.
—¿Por qué la trenza?, ¿significa algo para ti? —preguntó haciéndole cariño en el pelo y lentamente tomó su mechón largo amarrado con pitas de cuero negro.
—Es mi conexión espiritual con la magia, solo un recuerdo de todo lo que he aprendido.
—¿Es importante para ti? —dijo Aynoa agarrándola en su mano y observandolo. No sé imaginaba a ese hombre con el cabello largo, pero sabía que en algún momento lo había llevado así.
—Lo es.
—Tu pelo es tan suave —dijo ella.
Un escalofrío llegó subiendo desde los pies del hombre hacia sus hombros, el suave cariño de ella, provocó aquello. Tarikan la miró de reojo y soltó una leve risa conectando su cuerpo con sus manos que estaban sujetándola.
Al poco tiempo llegaron a la habitación, Tarikan la dejó suavemente en el suelo junto a su puerta y la miró como ella abría la puerta.
—Gracias por traerme —dijo ella volteandose y parándose en puntas acercó su rostro hacia el.
Enseguida sintió la mano del duque tapando su boca.
—Ya no estamos drogados. —Se burló él con una sonrisa.
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Tarikan - Las cadenas de la Corona
FantasiSu gente, su pueblo, sus sueños, todo lo que era importante acabó aquella tarde. Los monstruos gobernados por un demonio atacaron el marquesado aniquilando todo a su paso y la ayuda llegó bastante tarde. Llevada a la capital junto a su familia, Ayno...