Generalmente era delgada, pero tenía bastante carne en solo dos lugares. Uno era el pecho que estaba codiciando ardientemente en este momento, y el segundo eran las nalgas ocultas por el vestido. Derek se estiró hacia atrás y apretó su lujurioso trasero, apretándolo con una fuerza feroz.~Haa, realmente no hay un sabor como este -murmuró con voz áspera y se tragó los labios mientras levantaba la parte superior de su cuerpo.
Todos los gemidos sibilantes fueron absorbidos por su boca.
Judith se estaba quedando sin fuerzas mientras él le clavaba los dientes sin piedad en los labios y se los arremolinaba en la boca, e incluso mientras sus lenguas chocaban, ella se sentía mareada por la electricidad y sabía que él estaba tramando algo.
Consiguió detenerlo, con sus ojos de cachorro entrecerrándose.
-Ahh, no.
-¿Por qué? -repitió Derek con voz grave.
Judith parpadeó sorprendida ante su pregunta.
-¿Así que vas a volver a hacerlo?
-¿Mi esposa ha terminado con una sola comida? Debes comer tres comidas al día. Conmigo es igual.
Era una lógica que la dejó sin palabras. Al negarle un beso, Derek la fulminó con la mirada y masajeó su trasero. El cuerpo de Judith se estremeció intermitentemente ante su erótico contacto.
Un aura roja comenzó a extenderse en sus pupilas mientras las miraba.
-Te estoy haciendo sentir bien, ¿no significa eso que te gusta?
Esa era una de las cosas que la volvían loca.
A Judith, que nunca había estado expuesta a una experiencia sexual en su vida, le resultaba incómodo, embarazoso y extraño verse convertida en otra persona cuando se excitaba. El gemido que escapaba de sus labios, la forma en que giraba las caderas con lujuriosa anticipación.
Derek sacó la lengua y le lamió la barbilla mientras Judith permanecía quieta con los labios curvados. Era como si tuviera una enfermedad que no podía soltar, ni siquiera por un momento.
-Entonces no hagas eso.
-¿Qué cosa? -murmuró, besando el lado de su mandíbula, mientras que la mano que había estado masajeando su cadera se deslizó en el ancho de su falda.
-Ya sabes, estimular mis sentidos.
Derek levantó la vista, con una sonrisa torcida en la cara, como si le hubieran pillado.
-¿Sabe qué, señora?
La forma en que susurraba así siempre provocaba un escalofrío en Judith.
~No he potenciado los sentimientos sexuales de mi esposa desde la primera vez que me inserté ayer.
Esta vez, la sorpresa pudo más que la ansiedad.
Ayer sintió una serie de clímax y placeres que obviamente eran locamente lejanos. Por supuesto, pensó que debía haber una sensibilidad que él levantó, pero nunca ha sido así excepto en la primera penetración...
Lo que significaba que el placer que había sentido ayer, cuando se había aferrado a él, o hoy, cuando había sido tocada por su mano, había sido enteramente suyo.
Derek soltó una risita maliciosa cuando la cara de Judith se puso roja; no necesitaba oírla para saber lo que estaba pensando.
-Anoche tuviste una noche loca, ¿verdad... así de bien?
-Derek, por favor no digas eso...
Anoche, mientras él la revolcaba, Judith se había dado cuenta de que realmente tenía una gran vena sexual, hasta el punto de que tenía la sospecha razonable de que todos los demonios eran así.