🤍 Capítulo 95 🤍

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Judith se volvió hacia él en silencio, sin saber qué haría si no lo obedecía. Para ser honesta, también quería estar con él un poco más.

Con la cabeza apoyada en los brazos extendidos, Judith lo miró.

-Es incómodo.

Tan pronto como se dio cuenta de lo que estaba hablando, sacudió la cabeza y se rió.

-Traté de hacerlo lo más similar posible.

-¿Por qué?

-De esa manera te acostumbrarás más rápido.

Judith reflexionó sobre la situación cuando lo volvió a encontrar en el salón del banquete. Lo reconoció no por su apariencia, sino por la forma en que la miró y sus acciones. Debe haber sido extraño no haber notado que se parecía al diablo que la estaba custodiando.

-Está bien. Si fueras tú, te habría reconocido incluso si vinieras de un lugar completamente diferente.

Mientras susurró en sus brazos, sus anchas manos la abrazaron con fuerza.

-Bien. Las palabras de una persona que se había sentido incómoda hace un tiempo no tienen ninguna credibilidad.

Al contrario de su mano amistosa, no pudo ocultar su risa ante el tono de voz murmurante.

Judith, mirando fijamente su pecho, pensó que ahora era el momento de una conversación que se había retrasado por la alegría del reencuentro.

-¿Sabes lo que le pasó a Aníbal?

-¿La respuesta no viene de verme aquí?

Aníbal trató de destruir a Derek, pero Derek estaba vivo y coleando frente a ella. En otras palabras, el que fue aniquilado fue el demonio vicioso.

Judith estaba aterrorizada, preguntándose qué pasaría si la anomalía que una vez le había aparecido fuera el acercamiento de Aníbal. Había adivinado que Derek había desaparecido, así que no tuvo más remedio que plantear tales dudas.

Ahora que lo sabía, corazón era un poco más ligero.

-¿Me puedes decir que es lo que pasó?

Derek hizo una pausa por un momento como si estuviera pensando por dónde empezar.

-Él y yo salimos del cuerpo humano casi al mismo tiempo. Sería más exacto decir que fue expulsado por el poder de la aniquilación. Aun así, la batalla continuó para ver el final. Debido a que Aníbal absorbió el poder del rey, podría haber sufrido...

Ahora que era una cosa del pasado, su voz mirando hacia atrás era tranquila. Más bien, el corazón de Judith se hundió al escuchar esas palabras.

-Pude vivir gracias a la intervención del personal en el último minuto. Bueno, dañó completamente mi alma, así que tuve que concentrarme en sanar por un tiempo.

-¿Estás bien?

-Sí.

-... Hubiera sido bueno si el personal me hubiera ayudado antes.

-Es debido a mis instrucciones. Les dije que no interfirieran.

Judith saltó de la parte superior del cuerpo acostado. Era una situación en la que podría haber perdido la vida, pero no podía entender por qué había tomado tal decisión.

-¿Por qué? Si hubieran salido, es posible que no te hubieras lastimado tanto.

-Los demonios en el distrito estaban muy insatisfechos conmigo. Las filas de demonios están completamente divididas por poder, pero no debe haber sido aterrador ya que yo, el comandante, estaba siendo arrastrado por mi ayudante. Además, no quería romper contigo, así que seguí hablando de eso, y la paciencia de todos parecía agotarse en cualquier momento. Piensan en los humanos solo como herramientas, por lo que no pueden entender lo que estoy haciendo.

"El insaciable"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora