-¿De verdad no recuerdas nada?Derek Weisil no respondió a las preguntas del médico y se cruzó de piernas. Después de un rato, apoyó la barbilla en la mano y lentamente volvió la mirada para mirar por la ventana. Era tan tranquilo que nadie habría pensado que él habría muerto, entró en el ataúd y luego salió.
El médico tratante dejó de hablar con Derek y se levantó y se acercó a Judith.
-Parece tener amnesia.
Tan impactante como lo que sucedió en el ataúd fue la amnesia de su esposo.
Judith miró fijamente a su esposo sentado en el sofá. Estaba ocupado mirando a su alrededor, como una persona que de repente aterriza en una isla remota un día. Era una actitud heterogénea que no iba bien con el lío que le rodeaba por su renacimiento. Luego se miró en el gran espejo que tenía al lado y sonrió, como si no pudiera creerse su propio aspecto.
-¿Qué otra cosa?
-Como resultado del examen, no hay nada malo con el cuerpo. Su pulso es normal y su respiración está bien.
-... Sólo la mente se ha vuelto así.
-¿Qué?
-No. está bien. Buen trabajo.
Judith le ordenó que no hablara de nada en relación de su esposo y envió al médico fuera de la habitación. Los sirvientes siguieron los pasos del doctor y se fueron, dejando solo a Judith en el dormitorio.
Cuando el sonido de pasos fuera de la puerta se alejó, Judith dio un paso hacia el sofá. Derek giró lentamente la cabeza hacia ella, probablemente sintiendo su presencia.
-¿Qué tipo de juego es este?
Judith se colocó justo delante de él. Por la forma en que estaba sentado, su mirada se dirigió naturalmente hacia abajo, e incluso sin comprobarlo en el espejo, Judith estaba segura de que su aspecto era desagradable.
-¿Amnesia? Ja. Gracioso.
El médico tratante dijo que tenía amnesia, pero Judith no lo creía.
Derek Weisil era un hombre muy meticuloso y minucioso. Eran solo dos años de matrimonio, pero su temperamento era como el de un enemigo. Entonces, esa jugada insignificante que está haciendo ahora también puede ser un plan modesto para sacar algo de ella.
Al menos así lo creía Judith.
-¿Por qué demonios has hecho esto? Ya he pagado tu funeral, qué le voy a decir a los demás...
-¿Mi funeral?
Derek, que había estado escuchando en silencio su desahogo, fue el primero en responder animadamente. Pausada por su interrupción, Judith respondió con un suspiro.
-Sí, tu funeral.
-Así que por eso desperté en un ataúd.
Derek se pasó la mano por la cara, como si por fin lo estuviera entendiendo.
-¿Qué quieres decir con eso?
-¿Cómo dijiste que me llamaba?
Judith se estaba confundiendo cada vez más. Este debe haber sido su pequeño truco, pero realmente estaba actuando como alguien que había perdido toda su memoria. Por ejemplo, no mostró repulsión hacia ella a pesar de que estaban tan cerca el uno del otro.
Derek Weisil era normalmente un hombre que expresaba su disgusto por estar más cerca de lo necesario de su esposa.
-... Derek Weisil.