En un instante, su lengua se hundió en su boca llena de crema batida, agitándose como un depredador. La sensación enredada de la carne suave y la crema suave era pegajosa. El pastel en la cuchara cayó sobre la hierba verde, pero los dos ni siquiera lo notaron porque eran lenguas que se mezclaban dulcemente.Derek le tomó la barbilla mientras ella intentaba girar la cabeza sin aliento. Y como si se hubiera decidido, le rascó el paladar. Eventualmente, la cuchara en su mano se estrelló con un clic. Judith empujó su pecho con su mano libre, pero Derek no se movió.
-Eh, lo siento... eh.
Él chupó su lengua profundamente. Una sensación de hormigueo que estimulaba los cinco sentidos, empezando por las yemas de los dedos y extendiéndose hasta el corazón. Derek, que revolvió sus tiernas mucosas e inhaló abundante saliva junto con la crema, separó los labios con una sonrisa de satisfacción.
-Es más dulce de lo que pensaba.
Contra el telón de fondo de flores profusamente floreciendo, de alguna manera pidió un deseo.
-¿O son dulces tus labios?
Judith, cuyo corazón estaba agitado por la falta de aliento, lo miró fijamente mientras él se reía como una serpiente. Sí dejaba ir la tensión por un momento, no podría vivir en absoluto porque correría como un animal.
Desde entonces, Derek había seguido actuando de manera extraña, como aplicar crema batida en los labios, lamerla por todas partes y chuparla en los dedos. Como resultado, la torta de crema fresca quedó con sólo una hoja de torta húmeda sin crema. Se sentía como verle desnuda en sus manos.
Eventualmente, Derek detuvo su comportamiento excéntrico después de llamar a la criada para que retirara todos los pasteles.
-Tengo algo que decirte.
Judith aún no le había contado a Derek sobre la cuestionable conversación que tuvo ayer con Vincent. Mientras tomaba una taza de té brillante el Conde Grey, se sinceró al respecto.
Se preguntó si volvería a bromear, pero sorprendentemente escuchó con atención. Eventualmente, después de hablar sobre la parte en la que Vincent sospechaba amnesia, ella le preguntó.
-Cuando estuve fuera ayer, ¿qué hiciste?
-Nada.
-...¿Es verdad?
Derek sonrió ante la mirada sospechosa en sus ojos.
-En verdad. Estaba molesto con el Emperador, pero me quedé callado porque pensé que estarías en problemas.
Fue entonces cuando recordó que su expresión no era buena durante la ceremonia de consagración. Estaba molesto, pero tenía miedo de que ella se avergonzara. Comparado con antes, fue un gran desarrollo, y fue la misma consideración que Hahae.
-Entonces, ¿por qué mi hermano preguntó tal cosa?
-Bueno.
Así como no sabe por qué Sylvia Wirrell asistió al funeral, Derek tampoco sabe por qué sucedió eso.
Recordó las pupilas de Vincent que examinaban sin descanso su rostro. En ese momento, era una familia, algo, era tan pesado que se sentía como la mirada de otra persona.
¿Quizás esa fue la mirada del diablo Aníbal?
Judith se frotó las sienes lentamente. A medida que pasaba el tiempo, parecía que había más preguntas que respuestas. Ante las pistas sin resolver que parecían estar resueltas, sus entrañas se llenaron como si se hubiera acumulado polvo.