(2°) 41.Es demasiado

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Jace pov

Explote. Es la palabra mas conveniente en esos momentos, explote y no podía dejar que Clary lo pagara asique me fui a otro sitio para que mis pedazos cayeran en paz.

Estaba en uno de los muchos campos de Idris, no lo pude identificar, ni siquiera sabia como había acabado aquí o como había recorrido este camino, mi mente estaba nublada, el fuego se arremolinaba sin control corriendo por mis venas.

Seguí caminando y me arrodille al borde de un acantilado donde el fondo estaba disipado por el negro sombra de las piedras.

Agarre el pasto debajo de mi y apreté con fuerza, sentí como el olor a humo se chamuscaba en las llemas de mis dedos.

Clary, ella moriría cuando de a luz, la poción era un opción pero hacerle eso sin su consentimiento me mataba, pero... con solo pensar en no poder abrazarla, mirarla mientras duerme, besarla, protegerla, oírla reír, sus comentarios que hacían que sonriera, nuestras bromas, sus ojos, no volver a ver su cabello color fuego todos los días...

Grite. Necesitaba gritar, liberar todo mi dolor, alejarlo de mi aunque fuera difícil hacerlo.

Su mirada, su mirada cuando me fui corriendo, eso me carcomía dolorosamente, sus ojos verde esmeralda estaban cristalizados, y una chispa de temor les teñía haciendo que mi vista se nublara. Ella tenia miedo, de mi, tenia miedo de que pudiera hacerle daño y siendo sincero yo también lo temía.

Le eche la culpa de que ella me abandonara como si tuviera otra opción, como si yo no estuviera inmiscuido hasta los huesos.

Sentí un calor abrasador de las familiares llamas que sabia que me brotaban de mis palmas, donde estaba? Que tan lejos de Clary estaría? El fuego celestial era un menor problema en esos momentos pero cuando me enfadaba no me fiaba de mi mismo, aun nose cuantos fragmentos de bosques y prados llegue a quemar pero ahora las llamas salían con mas intensidad, sabia que ahora tendría que salir corriendo para que el fuego no me consumieran, pero en estos momentos para mi perderme entre las llamas que yo mismo cree por ver el miedo en mi esposa sobre mi me parecía mi mejor castigo. Que podría pasar? Ella se iría de todos modos y no podría criar a mis hijos si ni yo mismo podía cuidarme y cuidar a los de mi alrededor, mejor acabarme ahora que consumirme en la locura.

Entonces una imagen paso por mi mente.

-Padre.-le dije a Valentine que estaba leyendo un libro de demología y conjuros de magia negra de las practicas prohibidas. Sus manos enfundadas en gruesos guantes negros por el frío del jardín de la casa solariega de los Wayland. La nieve caía ligeramente hasta fundirse en el pasto cubriéndolo por un manto blanco y frío.

-Que ocurre Jonathan?-pregunto desviando su vista del libro hasta toparse conmigo, sus ojos expresaban ansia y aburrimiento mientras cerraba el libro y sacudía la nieve que se había esparcido por la tapa de cuero marrón.

Me frote mis entumecidas manos sobre mis tejanos, padre me enseño que los nervios son la inseguridad mas peligrosas, mostrarla, mostrar tu nerviosismo es la mejor arma para tu adversario, asique levante mi barbilla y le mire a sus negros ojos.

-Yo tuve madre?-le pregunte, padre nunca me había hablado de la mujer que me trajo al mundo, la que nunca conoci y la que no ha estado conmigo.

Los ojos de padre se iluminaron en diversión.

-Alguien tuvo que haberte parido no?-me respondió y le mire expectante.

-Que fue de ella?-pregunto y el puso sus ojos en blanco en exasperación y mis músculos se tensaron.

-Te contare algo Jonathan.-se acomodo en su sitio y me miro con la boca curvada.-Tu madre fue debil, murio por una desesperacion de amor, un impulso del corazon.-se movió en sus talones, por su posicion parecia totalmente indiferente, como si ese tema fuera de menor importancia.-El amor le hizo débil y eso acabo destruyéndola. Por eso debes recordar siempre que todo amor acaba destruyéndose.-me golpeó la frente con su dedo índice.-Amar es destruir y ser amado es ser destruido, recuerda.

Cazadores de sombras: ciudad de los recuerdos guardadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora