(2°) 5.Tendencia a la tentacion

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Me sentía feliz en volver a casa. El viaje a Grecia había sido increíble, la familia Fairblood me recibieron lo mas educadamente posible, había unos preciosos ventanales que daban vista a el Acrópolis de Atenas, siempre me quedaba tumbada en el alfeizar de la biblioteca mientras leía visualizando esas preciosas vistas. Owen, el hijo de Lydia y Henry Fairblood me había enseñado prácticamente casi todo Grecia, era impresionante, recorrimos islas y montes mientras observaba embelesada los enormes monumentos que se alzaban ante mi, el templo de posidón, El oráculo de Delfos y el siempre me contaba historias de que ahi fue un gran recinto sagrado dedicado principalmente al dios Apolo que tenia en el centro su gran templo y ahora era el lugar donde se realizaban los asuntos y fiestas de los cazadores de sombras griegos, comentábamos sarcásticamente los atuendos que deberían llevar el convlave relacionados con los antiguos monarcas de los templos, también conocí a Julitte Eaglelake, la novia de Owen, era un poquito posesiva con respecto a Owen y mas conmigo cerca, cosa que me hizo reír y explicarle que yo ya estaba casada, ella me sonrió y se disculpo con un precioso acento griego, desde ahi nos hicimos bastante intimas aunque solo a comparación de mis pocos días allí, me llevo a la isla de Creta donde había una esplendida playa con el agua mas cristalina del mundo y paseamos por las calles del Paros una pequeña isla griega situada en el mar Egeo, y en el día siguiente fuimos Julitte, Owen y yo al ver el paisaje Mykonos viendo bajo la luz de la hora azul las aspas de los molinos girar, las pequeñas casas e iglesias blancas que brillan bajo el sol mediterráneo y la abundancia de pelícanos que hacían del puerto un lugar aún más pintoresco, era tan satisfactorio que apenas me había dado cuenta de que anochecia. Habia aprendido nuevas tecnicas de luchas griegas como el Sophorano, un estilo creado según Owen por un nefilim que se levanto con resaca e invento ese estilo al igual que el nombre, yo me reí al darme cuenta de que tenia razón, se realizaba mismamente en envolverte un brazo en el estomago y utilizar con la otra un Hetikicho, una espada larga con dientes afilados en los costados de su pulida hoja, perfecto para una invasión en plena resaca. Me había entristecido por una parte en haberme tenido que ir, pero hechaba de menos a mi grupo de amigos y a Jace, en serio que pensé que no llegaría a su fiesta de cumpleaños, pero Owen me ayudo a escabullirme antes de la ultima clase, justo en el momento para prepararme y despedirme de todos los residentes antes de volver a mi hogar. Mi corazon casi se detiene al ver a Jace mirándome de esa forma que me recordaba que para el seguía siendo como algún tesoro forjado con el mejor de los metales preciosos, esperaba volver a ver a Owen y a su familia.
Acabábamos de llegar a Nueva York y nos pareció buena idea ir al bar donde estaban la manada de Luke, me habían comentado que el también estaría ahí visitándoles y quería verle. Les contaba todo lo que había hecho en Grecia y en lo que me gustaría volver.
-Hey hey hey, como vuelvas a irte a otro sitio dejándome solo con ellos.-dijo Jace señalando a Izzy y Magnus.-No creo que este cuando vuelvas.-dijo y yo reí y le di un beso en la mejilla, le había hechado tanto de menos. Le había traído algo de Grecia por su cumpleaños y me moria de ganas de dárselo.
Cuando llegamos estuvimos un momento con la manada y hable de Luke sobre mi viaje y todo lo que había aprendido, ahora dominaba mas o menos el griego, también hable con Maia de como le había ido con su nueva relación con Bat. Mire de reojo que Jace estaba hablando con su parabatai y veía que se aburría un poco aun haciéndome creer que no era así, me acerque detrás suyo y le rodee el torso con mis brazos, el dio un pequeño respingo y luego sonrió. Alec río y se dirigió a donde Magnus.
-Jace podemos irnos si quieres.-le susurré apoyando mi barbilla en su hombro, el fruncio el ceño.
-No Jace falta, si quieres sigue hablando con Luke.-dijo sonriente pero le conocía lo suficiente como para saber que congeniaba conmigo.
-Jace...-me queje haciendo un mohín, el río y se volvió hacia mi envolviendome sus brazos en mi cintura.
-Que le pasa a mi princesa?-me dijo sarcásticamente y yo me sonroje un poco y volví a hacer un puchero.
-Estoy cansada del viaje.-le dije y sus ojos brillaron en alivio y ternura, sonrei.
-Esta bien, pero dejemos a los demás que se queden.-dijo y asentí, me volví a Luke que nos miraba sonrientes.
-Bueno nosotros nos vamos, estoy cansada del viaje desde Grecia.-dije y Luke sonrió mientras asentía. Se levanto del taburete y me beso la frente.
-Esta bien, descansa. No te olvides de visitarnos a Jocelyn y a mi.-dijo y sonrei, desvio su vista a Jace.-Por cierto felicidades Jace.-añadio dándole una palmada en el hombro.
-Gracias.-le contesto y ambos salimos del bar.

Cazadores de sombras: ciudad de los recuerdos guardadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora