79.Secretos

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Cuando abrí la puerta de nuestro apartamento y entramos, Jace dejo caer mis bolsas en el suelo y dejo salir un largo suspiro, se arqueo haciendo que su espalda crujiera mientras yo dejaba mi abrigo en el perchero.
-Estoy agotado.-dijo pestañeando un par de veces para alejar el cansancio, vi que hacia una débil mueca de dolor.
-Te ocurre algo?-le dije tiernamente colocando una mano en su hombro.
-No, nada solo que me duele la espalda.-dijo y yo le mire preocupada.
-Te daré un masaje.-dije sonriente y el alzo una ceja, le agarre del brazo pasando por el pasillo y abriendo la puerta corredera de nuestros cuarto.
-Vale... Quitate la camiseta.-le dije y el me miro con ojos abiertos, carraspee.-No tengas ilusiones, es para darte el masaje y tumbate boca abajo en la cama.
-Estas segura que no es lo que estoy pensando? Porque no me importaría.-dijo sonriente y yo negué con la cabeza. El suspiro decepcionado y se quito la camiseta y siguiendo mis ordenes estaba boca abajo en la cama. Yo me acerque y me sente a horcajadas en la parte baja de su espalda sintiéndolo tensarse y volver a relajarse ante mi toque. Empecé a masajearle toda la espalda haciendo un poco de presión para aliviar el dolor. Después de una hora pude sentir como Jace se había dormido. Sonreí y me aparte de el saliendo de la cama, le mire tiernamente, retire delicadamente las sabanas y le cubrí su cuerpo con ellas. Salí del cuarto y cogí mi estela haciéndome una soundless para el sigilo, cogí mi abrigo y salí del apartamento hacia el ascensor del edificio. Me mordía el labio nerviosa, había planeado este día durante tanto tiempo, solo esperaba que Jace no se despertara, si no lo tenia complicado. El chasquido de las puertas del ascensor abrirse me volvió a la realidad. Sali y vi la entrada iluminarse por los sensores de luz, abrí la puerta transparente haciendo que el frío me acariciara las mejillas como el filo de un cuchillo, saque los guantes de lana blanca de mis bolsillos enfundando mis manos con la tela. Empecé a caminar por la séptima avenida hasta el lugar de encuentro, no podía seguir con la presión del pecho sabiendo que Jack podía volver y aunque esto alomejor no servía de nada necesitaba tener la mayor información posible y le agradecía. Gire la esquina y seguí caminando, pase por algunos garitos con gente borracha. Había un sitio en particular, una plaza redonda en un barrio callejero a las afueras. Un grupo de adolescentes de mas o menos mi edad estaban haciendo un botellón mientras escuchaban musica, intente pasar desapercibida pero en seguida me detectaron, me miraron y le susurraron algo a un chico que sonreía tontamente. Se acerco a mi mientras yo seguía avanzando y me agarró del brazo.
-Preciosa quieres venir con nosotros?-pregunto totalmente borracho, me entro ganas de vomitar tan solo pensar en el tipo de persona con la que estaba hablando por no hablar de que olía a pura basura podrida.
-Lo siento tengo prisa.-dije intentando zafarme de su agarre pero el me agarraba mas fuerte, entonces lo vi, unas negras garras surgían de sus manos rasgandome la tela de mi abrigo. El me sonrió encantadoramente y me separe bruscamente de el. Cogi rápidamente mi cuchillo serafín apuntandole a la altura de su corazón, el demonio me miro con esos ojos negros, infinitos, sin vida. Sus otros amigos también se acercaron, sus garras extendidas y sus cuerpos deformes al descubierto. Suspire temblorosamente por el frío y el miedo. Rápidamente me dirigí al grupo con el cuchillo serafín en mano. Cogi otro y sentí otra fuerza dentro de mi, una que era tan fuerte que no creía que cabiera en mi propio cuerpo y con sorprendente determinación pase como un rayo por dos demonios y les partí por la mitad haciendo que el icor quemara mi piel y la tela de mis pantalones. Solo había visto esa fuerza una vez, en Jace. Confusa seguí con los demás demonios, sentí como la runa de mi palma derecha me quemaba en fuego celestial. Entonces lo entendí, la runa que había creado era algo parecido a una unión, unión telepática, unión de poderes, unión de energía. Propiedades el uno del otro, en menos de media hora acabe con ellos mientras veía los cuerpos caer y desaparecer en una negruzca neblina nublandome momentáneamente la vista hasta que se disolvió con el aire perfumado a ahalcol y tabaco. Con una mueca de dolor cogi mi estela y me hice unos iratzes. La fuerza de Jace era abrumadora y agotadora, no estaba hecha para mi pequeño y menudo cuerpo y eso dificultaba la habilidad para mantenerse estable mientras caminaba. Estuve andando tambaleante por las calles de Nueva York hasta que encontró la dirección, un gran edificio de ladrillo pintado en color crudo se alzaba ante mi, subí las escaleras tambaleante y toque el telefonillo, me abrieron al instante y subí en el ascensor hasta el 4 piso. Cuando llegue la puerta estaba abierta dejando ver un piso bastante personalizado. Tenia una decoración muy rustica. En la entrada había una mesa de madera pulida con flores colores pastel en un jarrón encima de ella. Avance mas y vi a una figura femenina sentada nerviosa en un sofá.
-Por el ángel, Clarissa Herondale que te ha ocurrido.-dijo la mujer mirándome de arriba abajo inspeccionandome.
-Siento llegar tarde Tessa Gray, necesito el plano.-dije firme mirándole fijamente quedándome tiesa en mi sitio.

Cazadores de sombras: ciudad de los recuerdos guardadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora