Calor

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Advertencia: Este capítulo contendrá ligeras escenas +18. 




El cielo nocturno estaba inundado de estrellas. Los vientos soplaban fuertemente haciendo que su pelaje blanco oscilara y a la vez refrescando las heridas que comenzaban a arderle con fuerza. Miró a Sesshomaru en su forma yokai que le gruñía con odio dispuesto a atacarlo nuevamente. Miró a otro lado encontrándose con Rin que los miraba con miedo y tenía rastros de haber llorado... No, Rin estaba llorando mientras lo veía pelear con Sesshomaru. Pero... ¿Por qué Rin lloraba? Regresó a ver al inuyokai confundido. ¿Por qué estaba peleando con Sesshomaru? Jamás habían peleado antes en su forma de demonio pura. ¿Qué estaba pasando? Sesshomaru ladró fuertemente haciéndolo retroceder. Voló hacia él con velocidad y lo mordió del brazo. Aulló desgarradoramente por el dolor. No solo lo estaba mordiendo. Intentaba arrancarle el brazo. No sabía como liberarse de él. El dolor era demasiado. Volvió mirar a Rin. Ella los miraba con miedo. No quería que lo viera de esa forma ¿Qué estaba pasando? Sintió un dolor incomparable. Sesshomaru logró arrancarle el brazo por completo. 

Seiwa despertó agitado en medio de la noche. Miró su brazo izquierdo casi al instante. Estaba en perfectas condiciones ¿Qué había sido ese sueño? ¿Por qué soñó que se enfrentaba a Sesshomaru de esa forma? Poco a poco respiraba con normalidad. Miró a la gran ventana que tenía en su habitación. No podía entenderlo. 

¿Qué significaba ese sueño? 





Sesshomaru seguía incómodo por lo que pasó unas horas antes. Estaba echado en el futón mientras veía a Rin dormir. Ella le estaba dando la espalda. Maldijo a Jaken por interrumpirlos. Al menos le hubiera gustado llegar un poco más lejos con ella. Lo suficiente... Rin dio la vuelta, esta vez ya no le daba la espalda. Se veía muy tranquila durmiendo. ¿Ella no tuvo problema alguno cuando los interrumpieron? Parecía que no. Se durmió rápidamente después de echarse. Sesshomaru apreció su rostro, luego sus labios, su mirada bajó hacia su cuello que estaba cubierto por varios de sus cabellos y después... notó que tenía parte del busto descubierto, dejándole ver un poco de su blanca piel. Era esa parte que casi pudo contemplar en dos ocasiones pero no lo logró. Ideas problemáticas venían a su mente con solo verla. Decidió darle la espalda. Sabía que dormir con Rin todas las noches sería problemático. Nacían de él intenciones fuertes por tocar su cuerpo, explorar cada parte. Pero se contenía. Lo mejor era dejar de dormir tan seguido con ella. Podría terminar en algo que ninguno de los dos querría... al menos no por ahora...

Sintió que Rin volvía a moverse. ¿Estaba incomoda? No era de moverse mucho en las noches. Tal vez algo andaba mal con ella. Volteó a verla encontrándose con que su cuerpo estaba boca arriba pero su rostro se dirigía a él sutilmente. Ahora sí era más problemático. Tenía el pecho más descubierto que antes. No pudo evitarlo. Su mirada se centró descaradamente en sus senos. Sintió unas fuertes ganas de tocarlos pero logró contenerse. Se puso de pie y tomó sus cosas dispuesto a irse. Definitivamente no podía pasar las noches con Rin tan seguido. Poco después salió de la habitación faltando poco tiempo para que amaneciera. 

Un par de horas más tarde, cuando la luz del sol brillante iluminó la habitación por completo, Rin despertó algo incomoda. Sentía que estaba transpirando. Fue una noche calurosa... Se sentó en el futón y estiró su cuerpo para quitarse el sueño. Volteó a mirar a su lado sonriendo, esperando encontrar al Señor Sesshomaru pero él no estaba ahí. 

Un año de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora