Pronta despedida

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Los rayos del sol entraban por su gran ventana iluminando toda su habitación. El brillo era intenso así que era difícil continuar durmiendo. Seiwa quizo abrir los ojos pero tenía demasiada dificultad para hacerlo. Se sentía mareado y tenía un gran dolor de cabeza. Con su antebrazo cubrió sus ojos de la luz del sol. Algunas imágenes regresaban a su mente, estaba casi seguro que eran sueños que estaba cerca de olvidar. Entre esas imágenes estaba el rostro de Rin muy cerca del suyo... También una extraña sensación de haberse quedado dormido en su pecho. Eso último sonaba bien... Pero... Jaken también estuvo en sus sueños... tal vez porque se entrometió en su discusión. Lo extraño era que en sus sueños Rin y Jaken hablaban sobre Sesshomaru... Rin tenía que ser feliz con él...

Seiwa se levantó con dificultad de su futón. No estaba seguro de cuánto tiempo durmió pero aún tenía las consecuencias de ayudar a su hermana en su cabeza. Fue a darse una baño y cambiarse sus atuendos. Salió de su habitación y empezó a caminar por los pasillos. Lo poco que recordaba de sus sueños empezaba a desvanecerse. Jun apareció en el mismo pasillo pero caminando en sentido contrario a él. Seiwa se tocó la cabeza porque aún le dolía. Cuando vio al comandante ya muy cerca quizo reverenciarse para saludarlo.

- Buenos días ojitos bonitos - se burló Jun pasando al lado de Seiwa. El príncipe volteó a verlo confundido por lo que le dijo. El comandante también se detuvo y volteó a verlo con algo de gracia pero se dio cuenta del gesto extrañado de Seiwa. Realmente parecía que no entendía que acaba de pasar.

- ¿También... debo decirte algún cumplido? - preguntó extrañado. Jun perdió su sonrisa burlona. Estaba en lo cierto. El príncipe no recuerda nada de lo que ocurrió aquella noche.

- No recuerdas nada ¿eh? - le cuestionó acercándose un poco más a él. Seiwa negó.

- Lo último que recuerdo es que estaba hablando con Rin y Jaken... - Seiwa se tocó la cabeza que aún le dolía. - Juro que no vuelvo a beber así en mi vida... - decía agotado. Miró a Jun - ¿Cuánto tiempo estuve dormido? - preguntó.

- Dos días - respondió el comandante.











Jaken caminaba por el pasillo que lo dirigía a la habitación donde su amo Sesshomaru pasaba la mayor parte del día encargándose de asuntos del palacio. Normalmente Jaken debería estar trabajando junto con él pero desde lo que pasó con la mocosa no había querido hacerle caso a ninguno de los dos. ¿Lo habrá extrañado? De seguro que no. Cuando llegó tocó el shoji esperando alguna señal de su amo. Finalmente escuchó su masculina y aterradora voz ordenándole que pasara, así que lo hizo.

- Buenos días amo bonito - saludó el pequeño demonio. Sesshomaru estaba solo en esa habitación de pie frente a una estantería. La mesa del sitio estaba lleno de pergaminos y mapas. No estaba seguro de lo que estaba haciendo ahí ¿Estaba preparándose para algún tipo de batalla?

- Vienes a hablar conmigo ¿No es verdad? Entonces se directo - decía con molestia sin voltear a verlo. Buscaba con la mirada un pergamino en específico que tenía información de algunas batallas de su padre en los limites con el sur. Jaken miró con determinación a su amo.

- ¡Así es amo Sesshomaru! Quiero hablar con usted. Es sobre la mocosa. - decía el pequeño yokai verde. Hizo una pausa. Tenía miedo de llevarle la contraria pero simplemente no podía callar algo tan importante - ¡Rin no puede quedarse aquí! - dijo finalmente. Sesshomaru lo vio de reojo. Sabía que tenía que ver con eso. Jaken estaba en contra de la decisión de Rin.

- Eso es algo que tú no decides - dijo de manera fría. Jaken avanzó unos cuantos pasos. Temblaba un poco pero no perdía su determinación.

- Eso lo sé muy bien amito. Y sé que no puedo hacer nada para cambiar lo que esa niña quiere... Pero aún así... me preocupa lo que pasará con ella... - bajó un poco la voz en sus últimas palabras. - Rin es una persona muy diferente a todo... esto... - dijo refiriéndose al palacio y el tipo de vida que se tenía ahí - Es fácil entender... que no será feliz viviendo en este lugar. Usted lo sabe muy bien ¿Verdad? - cuestionó. Sesshomaru entrecerró los ojos con molestia. Sí lo sabía. Sabía que Rin era una persona que estaría mucho mejor viviendo en otro ambiente... pero ella se esfuerza para poder adaptarse... Además, aún sabiendo bien eso, ella decidió quedarse con él. Jaken continuó - Lo único que no quiero es que Rin sufra... - dijo con un tono de tristeza. Sesshomaru volteó a verlo levemente. Jamás dejaría que Rin sufriera.

Un año de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora