"Soy una mujer"
Estas tres palabras pronunciadas por Rin hace minutos no dejaban de rondar en la cabeza de Sesshomaru. Él ahora volaba alejándose del palacio, a lo más lejos que pudiera estar de ahí. Necesitaba un lugar en donde pensar con más calma porque se sentía inquieto.Quería estar solo y un lugar alejado de la actividad humana era lo que necesitaba. Voló lejos, a gran velocidad, sin un rumbo específico pero, en un corto tiempo finalmente aterrizó en un suelo lleno de pétalos caídos. Sesshomaru miró aquellos pétalos. Reconoció el lugar, inconscientemente llegó al bosque de cerezos en el que estuvo con Rin hace días.
¿Por qué llegó ahí? No estaba seguro. Lo único que entendía era que ese bosque le regalaba un sentimiento grato.
Sesshomaru caminó hasta llegar al cerezo de tallo más grueso, se sentó sobre el suelo lleno de pétalos que simulaban alguna manta suave. Se quedó varios segundos en silencio, con una mirada seria mirando a la nada. Los vientos soplaron moviendo su cabello platinado, su estola y varios pétalos se movieron del suelo. Estaba inmerso en sus pensamientos y en esa extraña sensación...
"Soy una mujer"
Volvió a pensar, la imagen de Rin diciendo decidida esas palabras regresó a su mente.
- Verla como mujer...- susurró Sesshomaru.
Sabía que Rin ya no era ninguna niña, no es como si no se hubiera dado cuenta antes. No es ciego. En unos cuantos años Rin creció rápido. Lo notaba y era evidente. Así funcionaban los humanos. Sin embargo... nunca fue un tema en el que se haya puesto a pensar antes. Siempre le agradó la compañía de Rin y cada año que pasaba era aún más cautivador estar a su lado. Cuando más crecía sus conversaciones cambiaban, Rin tenía más experiencias que siempre le contaba y, a pesar que no le interesaba la vida de los humanos, le gustaba que ella le contara todo lo que aprendía o vivía, después de todo era como si él también aprendiera algo más de todo lo que Rin hacía.
Pero ahora había algo diferente. Y fueron esas tres simples palabras las que lo hicieron pensar.
Incluso ahora, disfrutaba mucho hablar con Rin, que le cuente lo que vive, sus expresiones, su sonrisa, su impertinencia, su curiosidad, sus sentimientos, su risa, su terquedad, su valentía, su atención...Su atención por él... Le gustaba demasiado que pregunte por él, que lo escuchara. No podía evitar querer estar más tiempo a su lado... y con todo eso, apareció algo más, algo que antes no estaba ahí.
"Verla como mujer" volvió a pensar aún consternado por esa sensación que lo consumía.
Las imágenes de Rin tocando su cuerpo volvieron a su mente, recordó ese aroma tan atrayente que tuvo por días, la reacción de su cuerpo cuando la tocaba, esa sensación extraña de tenerla muy cerca ¿Cuándo es que empezó a sentirse tan diferente con ella? No estaba seguro.
Las flores de cerezo caían sobre él, Sesshomaru extendió su mano. Una hermosa flor cayó sobre su pálida palma que se veía más blanquecina que de costumbre por la luz de la luna. Vio a detalle esa flor.... Él jamás le había prestado atención al cambio de las estaciones, le eran cambios insignificantes que solo los humanos necesitaban entender. Al menos eso pensaba hasta que llegó a ese lugar con Rin. Recordó sus palabras...
"El calor después del frio" susurró. Al ver el cerezo la imagen de Rin sonriendo aparecía en su mente.
"Es la imagen exacta de la primavera...Es hermosa" recordó las palabras dichas por Rin. ¿Por qué pensar en ella le estaba dejando esa sensación? ¿Por qué el centro de su pecho se sentía diferente? No dejó de mirara esa flor de cerezo... entonces entendió algo que hizo que en sus labios se formara una leve sonrisa casi imperceptible.
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Un año de primavera
RomanceSeis años han pasado desde que Rin y Sesshomaru se separaron para que ella pudiera elegir el camino que desee, continuar viviendo con humanos o finalmente regresar a sus viajes con el gran demonio. Sin embargo, Rin aún no ha tomado una decisión. Est...