El incendio

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NOTA DE LA AUTORA: Dejo mi F adelantado. A partir de este capítulo se acaban las charlas y desde aquí empieza el desenlace de este arco y el final de la historia. Es muy largo así que tómense su tiempo para leer. 











Faltaba un día para el juicio. Probablemente se lleve a cabo exactamente a esa misma hora, temprano, faltando poco para la hora del almuerzo. Mie tenía que ir a las cocinas por el almuerzo de la princesa así que bajaba de los pisos más altos para ir por él. Mientras caminaba se venía a su cabeza lo ocurrido con Yoishi, sentía cierta pena por lo que pasó. Era incluso más joven que ella. Pero... planear un complot e intentar matar a la princesa no merecía menor castigo que la muerte... Mie volteó a ver los balcones del pasadizo preguntándose una cosa. ¿Qué pasará después de mañana? Cuando la rama principal tome una decisión... ¿La princesa logra casarse con el Lord? ¿La Señora Seina se mantendrá en su lugar?... Mie se detuvo de caminar sin perder su mirada del balcón. La tristeza inundaba su rostro al pensar en algo que podría ocurrir. Si la Señora Seina se iba... entonces el príncipe se iría con ella. Y sin la princesa aquí... no había ninguna excusa para que el príncipe venga de visita. Así que tarde o temprano dejaría de verlo...

No queria eso... Aún no había intentado las cosas que le enseñaron... E irse al norte con ellos era impensable. Estaba marcada por el Lord del Oeste y debía servirle el resto de sus días. Además de eso, no quería cruzarse otra vez con.... ese hombre...

Siguió caminando para quitarse de la mente a esa persona. Se concentró en ese juicio. ¿Qué se decidirá?

- ¡Mie! - escuchó que alguien la llamó. Volteó encontrándose con un sirviente más alto que ella y también de mucha más edad. La veía con una leve sonrisa. - Al fin te encuentro Mie... Ten...- el sirviente mayor extendió su brazo entregándole a la joven yokai una carta. Mie vio el papel con extrañesa ¿Qué era esa carta? o... ¿Para quién era? Su compañero lo explicó. - Esta es una carta que llegó del norte para el Príncipe Seiwa. Los soldados me la dieron... - Mie levantó la mirada con algo de sorpresa.

- ¿Para el príncipe? - repitió con curiosidad. No entendía porqué se lo estaba mostrando a ella - ¿No se lo llevarás? - preguntó. El sirviente negó.

- Ahora necesito ir al ala sur del palacio ¿Podrías llevárselo tú? - pidió con amabilidad. - Además, es una buena excusa para que puedas verlo ¿No es así? - dijo lo último guiñándole un ojo. Mie se sonrojó por sus palabras.

- No... no digas algo así por favor... - dijo mientras recibía la carta. El sirviente le sonrió por última vez.

- Suerte Mie - dijo para finalmente retirarse. La joven yokai aún tenía las mejillas sonrojadas. ¿Cuántos más sabían que le gustaba el príncipe? Suspiró rendida. Pensó en las cocineras y en Keiji. Ellos debieron correr la voz a todos los demás... Se molestó un poco pero... no tanto. Fue inevitable sonreír porque... a pesar que podían estar molestos con ella por estar del lado de la princesa Rin, seguían tratándola como siempre. Incluso querían ayudarla... Mie rió levemente. Después de todo eran como una familia. Alzó la carta para poder verla mejor.

¿Qué sería esa carta para el príncipe? ¿Algún mensaje de su familia? No... lucía muy informal para venir de un palacio así que le pareció extraño. Continuó su camino mientras veía la carta. Al voltearla encontró un nombre escrito. Al leerlo se sintió nerviosa.

¿Era acaso...el nombre de una mujer? Mie se detuvo nuevamente pero esta vez sintiendo cierto temor. Recordó lo ocurrido con los consejeros hace días. Cuando el príncipe llegó a ayudarla... ese día el también recibió una carta...Recordó claramente la actitud que tuvo al recibirla, esa felicidad, ese brillo en la mirada, su sonrojo...

Un año de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora