Un año de primavera

Un encuentro

Luego de su accidentado encuentro con Sora, el joven de cabellos castaños decidió acompañar a Rin y a los niños hasta la aldea. Después de todo, él también se dirigía ahí. A Rin le sorprendió la manera en como la carroza donde él venía solo lo dejó, y por lo que veía, traían muchos sacos de arroz y cosechas. Según Sora le contó, su padre estaba adentro de esa carroza así que confiaba en que llegarían a la aldea. 

Sora era uno de los niños que conoció en la aldea y con los que creció jugando de vez en cuando, claro que nunca tuvo una relación muy cercana con él por muchas razones. Entre ellas que desde muy joven ella trabajaba con la anciana Kaede y Sora con su padre. El padre de Sora era un comerciante que llegó de una aldea bastante alejada. Hace tres años su madre murió por lo que siempre se tuvo presente que Sora y su padre se irían a ese aldea alejada. Ellos, a diferencia del resto de la aldea, más que nada por su oficio, tenían bastante dinero. Incluso su casa era la mejor de todas pero se encontraba bastante alejada, casi saliendo de la aldea. Rin no podía dejar de mirar a Sora mientras le hablaba. Era verdaderamente sorprendente todo lo que le contaba. En el tiempo en el que ella se fue a su viaje con el Señor Sesshomaru, su familia había conseguido mucho más dinero con la venta de primavera y verano. 

- ... Es lo casi lo último del mes. Fue complicado traerlo, los campos sí que fueron afectados por los demonios en toda esta zona. Incluso intentaron robarnos más de una vez. Por eso, incluso personas como nosotros tenemos que aprender a defendernos - decía mientras tocaba la espada que tenía en su obi. Rin miró por un momento su cicatriz en la mejilla. Seguro había sido ese el motivo de esa cicatriz. Regresó su mirada al frente con cierto pesar. Que la presencia de demonios esté afectando a tantas aldeas humanas era un gran problema. Rin se preguntó si era posible que ese tipo de problemas sean tratados por quien era el guardián de esa región. No recordó cual de todos era... 

- La abuela Kaede me mencionó sobre ello...- le respondió Rin - Aún faltan dos meses más para que llegue el invierno... espero que podamos reunir lo suficiente para entonces... - comentaba ella. Rin caminaba aún con las gemelas tomando sus manos. Todos los niños caminaban sin soltarse. 

- Y Rin... - Sora continuó hablándole - ¿Cómo fue tu viaje? Tengo entendido que viajaste con ese demonio para ver muchos otros sitios antes de casarte y quedarte en la aldea. De seguro conociste muchos lugares... - suponía. Rin sonrió levemente. 

- Conocí el norte y un poco del oeste. - contestó pero no se sentía cómoda respondiendo. había querido evitar el tema de su viaje con cualquiera que le preguntase y Sora no iba a ser el primero al que le contara.

- ¿El norte? - repitió el chico de cabellos castaños rojizos interesado - Mi padre y yo tuvimos negocios ahí hace un año y pudimos estar presentes para el festival de verano de la capital - comentó. Rin lo miró con más atención y emoción. Recordó el festival de verano de la aldea de la anciana Tamane. Antes le habían mencionado que el festival era algo normal de la región norte. Pero si en ese pequeño pueblo lleno de personas amables fue tan divertido... La fiesta en la capital debió ser mucho más grande. 

- ¿Cómo fue el festival en la capital? - preguntó. Sora desvió un poco su mirada para recordar. 

- Bastante entretenido y muy grande. Muchos juegos, colores y comida. Si quieres podría llevarte a uno si quieres. Son bastante emocionantes - se ofreció. Rin se sonrojó un proa por tal propuesta pero no fue más de su interés. Los recuerdos del festival traían a su mente al Señor Sesshomaru, todo lo hacía. Bajó un poco la mirada con cierta tristeza. Al verla así, Sora sintió que dijo algo que no debió. Hubo un silencio algo tenso entre los dos, al menos así lo sintió el chico de la cicatriz. Pero por suerte para ambos, ya estaban llegando a la aldea.