Al ser de noche era muy difícil apreciar las flores en los jardines pero estando ahí podías oír bien el sonido del pequeño arroyo que cruzaba todo el territorio del palacio. Era muy relajante escucharlo.Yoishi y la princesa se habían escabullido hasta llegar a ese arroyo. Seina le pidió que sean cuidadosos para que nadie los viera porque no quería que llegaran a pensar que algo podría estar ocurriendo entre los dos. Eso le traería problemas serios a Yoishi y quería evitar a toda costa eso. Ahora el joven soldado tomaba de la mano a la princesa mientras ella caminaba con cuidado sobre un hilo de piedras que cercaba el arroyo. La luz de la luna era suficiente para que pudiera notar la sonrisa y diversión en ella. Y verla de cierta forma lo dejaba fascinado.
- Con cuidado princesa - advertía mientras la ayudaba a bajar al fin de esas rocas. Las manos de la princesa eran muy suaves y delicadas.
Todo lo que antes su padre le había dicho de ella... simplemente no podía creerlo. Tal vez porque no le tocó presenciarlo ya que nació en un momento de paz cuando los territorios habían sido recuperados en su gran mayoría. Nunca vio a nadie en lo que muchos llamaban la faceta más oscura del oeste que ocurrió luego de la muerte de Inu no Taisho. Pero aún así, cuando veía a la princesa y su manera tan delicada y sensible de ser... no podía creer que alguna vez ella también cayó en esa faceta oscura. Siempre vio a la princesa como la futura esposa de un Lord que nunca conoció. Su padre siempre la tildó de incompetente, entrometida, débil, y que intercediera por los humanos lo consideraba bajo. Lo de los humanos no podía negarlo pero... tal vez su padre se expresaba así de ella porque le molestaba que, siendo solo una princesa, ella halla obtenido mayor mando y respeto que él en sus años de servicio.
Después de un rato ambos se sentaron sobre el pasto solo disfrutando del silencio y la noche estrellada. Seina miró de reojo al joven soldado.
- Yoishi... - lo llamó con voz suave. - ¿Tienes sueños que quieras alcanzar? - le preguntó. El yokai la miró y sonrió con algo de pena. Sabía que podía hablar con la princesa de esos asuntos, después de todo no lo juzga por lo que piensa.
- No es un sueño pero sí algo que quiero lograr... - respondía con un tono que expresaba su anhelo. Seina lo escuchaba. Yoishi miraba fijamente el cielo - Quiero reconocimiento. Que todos me recuerden, que me admiren. Quiero ser alguien que quieran seguir... - confesaba, pronto bajó la mirada algo desanimado - ¿Le parece imposible princesa? - le preguntó con ilusión. Seina negó.
- No me parece imposible... - decía - Pero... me da algo de pena... - mencionó haciendo que Yoishi se sintiera un poco mal. Seina notó su expresión, se puso algo nerviosa creyendo que lo había arruinado pero continuó - Me da pena porque...temo que haya personas que quieran interponerse en tus sueños... como tu padre... - dijo mientras miraba las estrellas. Yoishi bajó un poco la mirada.
- No sabría decir si mi padre... -
- Antes lo habías mencionado... - insistió Seina - Él... no cree que tengas lo necesario para demostrarlo. Puedo entenderte... por muchos años Homare me decía lo mismo... No solo él, muchas otras personas... - le confesaba con cierta tristeza que Yoishi podía sentir. Estuvieron en silencio por un par de segundos hasta que decidió hablarle más.
- ¿Usted tiene sueños princesa? - le preguntó bastante inquieto por la tristeza que ella mostraba. A la vez se sentía cautivado por su belleza bajo la luz de la luna. Seina sonrió débilmente.
- Sí pero... Ahora más que nunca siento que esos sueños no van a cumplirse... - respondió con pesar. Yoishi sintió lástima. La princesa no debía estar pasándola nada bien y su padre solo se burlaba de ello. Su padre... incluso a él siempre lo trató como cualquier cosa. A veces podía ser... realmente despreciable. El joven yokai levantó la mirada al ver que la princesa tocó su mano, se había acercado mucho a él. - Tal vez sea muy difícil para mi cumplir mis sueños, pero estaría feliz de ver que al menos tú puedas llegar a tener ese reconocimiento que quieres. - Seina bajó un poco la mirada, el joven demonio no podía dejar de ver su rostro, realmente estaba muy cerca. Tal vez su padre no estaba tan equivocado, tal vez la princesa si le atraía un poco, después de todo era muy hermosa y comprensiva y... que lo buscara para hablar con él... de cierta manera lo emocionaba. Pero era algo absurdo pensar que alguien como la princesa podría fijarse en un soldado com él. La princesa... una noble de un poderoso clan... estar con la princesa... sería un gran logro para alguien como él... - Yosihi... - lo llamó con suavidad volviendo a mirarlo, realmente estaba muy cerca de su rostro. Los ojos dorados de la princesa eran demasiado hermosos, casi hipnóticos... - Yo... quiero apoyarte... - dijo con suavidad. Seina abrió un poco más los ojos al notar cómo Yoishi se acercaba más a su rostro como si en cualquier momento fuera a...besarla...
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Un año de primavera
RomanceSeis años han pasado desde que Rin y Sesshomaru se separaron para que ella pudiera elegir el camino que desee, continuar viviendo con humanos o finalmente regresar a sus viajes con el gran demonio. Sin embargo, Rin aún no ha tomado una decisión. Est...