Transcurrieron cuatro días desde que Rin y Sesshomaru hablaron por última vez. El gesto de tristeza en el demonio era algo que la chica humana no podía quitarse de la cabeza desde la noche que él le contó la verdad y discutieron.
Rin no estaba tranquila, se sentía muy triste y decepcionada consigo misma y también asustada por la idea de no volver a ver al Señor Sesshomaru. Y... parece que él se dio cuenta de ello.
En esos días se cruzaron más de una vez pero ninguno dijo nada al otro. El Señor Sesshomaru le había dejado más regalos en su habitación, kimonos especiales y obis. Sabía que era de parte de él y no de la señorita Seina porque era Jaken el que se los dejaba. Probablemente se había dado cuenta que estaba triste y estaba intentando animarla. Él siempre fue muy atento con sus sentimientos. Lo quería demasiado, lo quiso desde siempre.
La idea de no volver a verlo si regresaba a la aldea le afectó mucho. Era ella la que tenía que decidir si se iba o no, sin embargo, no pudo decidir nada. Se sentía culpable por no haberle respondido cuando debió. Pero... aún seguía confundida respecto a eso. A su decisión.
¿Por qué no le dijo que sí quería quedarse con él? Que lo hubiera elegido a él sin pensarlo dos veces.
Se suponía que siempre iban a estar juntos...
Se sentía demasiado confundida por eso. Porque cuando pensaba en quedarse con él, la imagen de sus amigos y la aldea volvía a su cabeza haciendo que los extrañara mucho.
¿Por qué no podía decirle...?
Que quería estar siempre con él...
- Es suficiente - dijo Seina en tono severo y algo molesto. Rin reaccionó de sus pensamientos al escucharla y se detuvo de tocar las cuerdas del instrumento musical Koto.
Ese día Seina, Rin y tres sirvientas estaban en una habitación diferente, una que tenía diferentes instrumentos que se usaban para hacer música. Rin reconoció algunos de los que tocaba el monje Miroku o los que usaban normalmente en las celebraciones de su aldea. Y, reconoció uno grande como el que tocó Akiko aquella vez, el Koto. La señorita Seina le pidió que tocara ese instrumento pero, como era de esperarse, Rin intentó tocarlo como pudo sin siquiera hacer un sonido decente y aparentemente esto puso de mal humor a la demonesa de cabellos platinados.
- Es desastroso, detente o harás sangrar mis oídos - decía sin consideración alguna. Rin no se sintió mal por eso, sabía lo difícil que podría ser tocar uno de esos instrumentos, la cuerdas eran duras y hacían doler sus dedos. Recordó que Akiko tenía que tocar esos duros hilos por horas, todos los días... Seina no dijo nada más, realmente parecía estar muy incomoda. Rin no pudo evitar pensar si su actitud de esa mañana tenía que ver con el Señor Sesshomaru y ella. Aún no sabía como sentirse respecto a la señorita Seina. Siempre sentía que de alguna manera ella los estaba descubriendo.
- Lo siento, no se tocar muy bien... - se disculpaba.
- ¿Sabes tocar algún instrumento si quiera? - cuestionó aún sonando severa. Rin entrecerró los ojos con vergüenza y negó. Seina bufó. Eso sí la hizo sentir mal. Se formó un silencio demasiado incomodo después de eso. - Mie - llamó la demonesa a su sirvienta. - Enseña a Rin como es que se toca el koto. La sirvienta de apariencia más joven similar a la de un humano pero con cabellos amarillos y los ojos celestes fue al lado de Rin para tocar el instrumento. Al hacerlo, una hermosa melodía salió de él. Estuvo así un par de minutos hasta que se detuvo. Mie le sonrió gentilmente a Rin.
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Un año de primavera
RomanceSeis años han pasado desde que Rin y Sesshomaru se separaron para que ella pudiera elegir el camino que desee, continuar viviendo con humanos o finalmente regresar a sus viajes con el gran demonio. Sin embargo, Rin aún no ha tomado una decisión. Est...