Despierta, Rin

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Han transcurrido dos días desde que Rin se desmayó, Sesshomaru la tuvo que llevar a la aldea humana más cercana para que pudiera ser auxiliada. Jaken y Ah- Un llegaron un día después a la aldea. La humana Kano fue quien le indicó a Jaken dónde estaba Rin. La llegada de Jaken resultó ser escandalosa para esa aldea, los pobladores parecían muy sorprendidos de la llegada de esos demonios pero había un aspecto en esos pobladores que a Sesshomaru le parecía extraño incluso para unos seres tan desconocidos como le eran los humanos. Esos pobladores no mostraban temor alguno o rechazo hacia ellos a pesar que los amenazó de muerte desde el principio, muy al contrario, parecían estar admirados. 

Por años Sesshomaru fue consciente del rechazo de los humanos hacia las personas que se involucraban con demonios. De esto se dio cuenta cuando buscó a Inuyasha cuando era niño, lo buscó para conocer al fin el error que dejó su padre fruto de su aventura con una humana. Los mismos humanos rechazaron a Inuyasha y a su madre.

Los humanos de esa aldea eran demasiado extraños y por eso le parecían más desagradables. Pero lo peor de todo era tener que soportar a esa intragable anciana.

Rin aún no había despertado pero el calor de su cuerpo había disminuido considerablemente. Sesshomaru no se había movido de su lado en esos días y ahora Jaken se sumaba a esperar sentado a un metro de su amo respetando su distancia. Ah y Un custodiaban afuera de la cabaña. 

La anciana insoportable que atendió a Rin a lo largo de esos dos días entró con su hija a la cabaña. Sesshomaru ni siquiera les dirigió la mirada.

- Demonio...- saludó la anciana de forma despectiva. 

- Vejestorio humano...- dijo Sesshomaru de la misma forma. A diferencia de la anciana, su hija Kano se reverenció levemente. 

- Buenos días Sesshomaru, Buenos días Jaken - saludó sonriente. Jaken saltó a reclamarle. Sesshomaru solo la ignoró.

- Humana irrespetuosa ¡¿Qué te hace creer que puedes hablarle de manera tan informal a mi amo bonito?! - se quejaba el pequeño yokai verde. 

-  Cállate cosa verde, quiero silencio para trabajar. Voltéense que voy a cambiarle los vendajes. - pidió de manera ruda. Sesshomaru solo cerró los ojos con paciencia mientras Jaken aún los tenía abiertos. El daiyokai pudo darse cuenta que Jaken seguía sin voltearse. 

-  Jaken - lo llamó con frialdad. El pequeño demonio volteo a verlo - No la mires - ordenó en tono gélido. 

- No se preocupe, amo bonito, he visto a la mocosa bañarse muchas veces por mi no hay proble... - no continuó al sentir la mirada asesina de Sesshomaru sobre él -

- ¿Hiciste qué? - cuestionó con voz amenazante.

- Ay amito ¿Por qué me mira así? -

 La anciana empezó a reírse pausada y escandalosamente como si estuviera burlándose. 

- Ara Ara... - sonrió la mujer Kano. 

- Este pequeño ser fue más rápido que tú demonio - volvió a reír. Sesshomaru no sabía a quién quería matar primero, si a Jaken o a esa anciana. Tal vez a ambos dolorosamente igual pero la anciana era necesaria para que Rin se curase. 

- Cierra la boca y continúa lo que tienes que hacer - le dijo a la anciana con desdén. La anciana detuvo su risa pausada lentamente. 

- Tengo que admitir que alegraste mi mañana demonio, Ja - se burló. Sesshomaru solo desvió la mirada al ver que empezaba a quitarle los vendajes a Rin - Kano, dame las mantas - pidió lo último a su hija. 

Un año de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora