Sus labios

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Sesshomaru se adentró en el palacio sin problemas, caminó alejado de las personas intentando encontrar el aroma de ese humano por quién había venido. Para su sorpresa, ese aroma estaba cerca y el débil poder del hanyo también estaba presente. Ambos seres estaban muy cerca de él, así que la respuesta era evidente. El hanyo y el humano estaban en el mismo salón. Bullicio... bastante presencia humana, Sesshomaru se sintió disgustado pero entendió que ese lugar era en el que se llevaba a cabo el compromiso de esa princesa que Rin mencionó. Entró a ese lugar donde estaban celebrando el compromiso, la gente bebía y comía. No le interesó nada más, se centró en su objetivo, el humano que buscaba estaba entre ellos. Buscó con la mirada a donde ese desagradable olor lo guiaba. Y lo encontró. 

Era un humano joven, por las ropas que llevaba y el lugar en el que estaba fue evidente que se trataba de un príncipe pero no de cualquiera. Sesshomaru se sintió más disgustado con el asunto, ese sujeto estaba sentado al lado de una chiquilla nada impresionante y más por las ropas que llevaba, reconoció el olor de ella. Era el aroma que siempre estaba en la habitación al lado de la de Rin. Fue claro para el daiyokai y molesto también, esa chica era la princesa que Rin siguió y ese príncipe era su prometido.  

Repugnante

En el olor del sujeto estaba plagado del la sangre, sangre de mujer y muerte. Notó que el tipo hablaba con la princesa, la chica estaba en verdad asustada, podía sentir su miedo. Ahora el sujeto miró a alguien más. Su mirada estaba llena de lujuria, era asquerosa. Volteó a donde estaba mirando ese individuo. Sesshomaru frunció el ceño, sus pupilas se hicieron más pequeñas cuando entendió a quien iba esa mirada. Ese sujeto... estaba mirando a Rin. 

Y Rin... parecía mirarlo a él. 

No, no lo miraba a él, miraba a la princesa, y se veía preocupada. Sesshomaru estaba empezando a molestarse demasiado. Rin dejó de mirar a esos dos, ahora veía a otro sujeto. El daiyokai dirigió su atención disimuladamente entre los invitados a aquel sujeto que Rin observaba, ese era el Hanyo, podía sentir su débil poder yokai, casi insignificante. Otro problema más, el hanyo veía a Rin, se dará cuenta de su esencia en ella. Ahora que lo tenía más claro, el hanyo también olía a sangre de mujer pero no era fuerte como el del príncipe.

Vio a Rin levantarse y retirarse del salón, iba en dirección a los jardines. Lo consideró prudente. Ya tenía la información por la que vino, decidió irse también. Regresaría más tarde en la noche, antes de que ese sujeto volviera a aparecerse en la habitación de Rin. Pero Rin no tenía que enterarse... que mataría al prometido de la princesa que siguió. Ese sujeto y el hanyo eran un peligro para Rin en ese palacio, tenía que ser cuidadoso si quería asesinarlos sin hacer mayor escándalo para que Rin no saliera afectada de ninguna manera. Sesshomaru salió a los jardines para poder volar pero se detuvo repentinamente. El aroma de Rin se acercaba a él.

- ¡Disculpe! - una voz femenina lo detuvo, una voz que reconoció muy bien.  No quizo voltear -¡Usted! ¡El de cabello largo! - llamaba Rin, sintió que lo alcanzaba atrás. Él seguía de espaldas, al parecer Rin no se había percatado que era él. Y tampoco quería que lo viese en esa forma casi humana en la que se transformó. Pero no podía volar frente a ella, se daría cuenta que era él. Igual si le hablaba lo sabría, no tenía sentido ocultarlo. - Perdone que lo moleste - continuó hablándole Rin - pero se me hace demasiado conocido. ¿No nos hemos visto antes? Parece que usted es de algún lugar lejos de aquí ¿Lo es? Yo también. Usted debe ser alguien muy importante. Después de todo ha sido invitado al compromiso. ¿Es un príncipe o un daimyō? Me llamo Rin ¿Cuál es su nombre? - preguntaba todo muy seguido con mucha  inocencia en la voz y en cada palabra. Sesshomaru sabía que Rin tenía la costumbre de hablar demasiado cuando estaba emocionada. Volteó a verla levemente.

Un año de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora