Declaración de guerra (parte 2)

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Habrá una parte tres xd pero bueno, prefiero que sea así a no contar bien algo jiji Denle amor a ambas partes porfis. En esta parte solo pudo caber la trama de los hermanos del norte 🥺





Heika, Seina y Sentaro caminaban siguiendo los pasos de Irasue. Los dos inuyokais se mantenían en silencio aún algo nerviosos por el llamado de la lideresa. Mientras caminaban, Seina pateó uno de los escombros en el suelo. El sonido la hizo bajar la mirada, volvió a subirla después pero esta vez fijándose en los alrededores. Eran evidente los destrozos ocasionados por la batalla. Paredes agrietadas, muebles destruidos, algunas puertas salidas, adornos en el suelo... La joven demonesa sintió mucha pena, nunca antes vio el palacio, los pasadizos, el lugar donde creció, destrozado de esa forma. Parte de ella sintió que cometió algún error por dejar que algo así ocurriera, sabía que era incontrolable luego que demonios como Sesshomaru y Los Lores se enfrentaran pero... Cuidó del palacio por tantos años que... verlo así... la ponía muy triste... Un ligero dolor en su cabeza la hizo reaccionar de sus pensamientos. 

- Au... - exclamó Seina al sentir como alguien agarró su moño con algo de brusquedad. Todo su cabello blanco se soltó cayendo tras su espalda y estola. La princesa miró disgustada a la persona que caminaba a su lado, Heika sostenía su Kanzashi roto entre sus garras. Fue él quien le jaló su moño de esa forma. 

- No me veas así hermanita... - se quejó el inuyokai botando el kanzashi de Seina detrás de ellos junto con el resto de escombros. - ...Has estado con ese peinado feo y desarreglado por horas, en frente de esos campesinos. Que vergonzoso... - se quejó señalándola como si le reprendiera. Seina solo le fruncía el ceño, parecía no tener paciencia al escucharlo. Su apariencia podría verse un poco desaliñada pero con lo que pasó en esa batalla no le importaba...

- Como si fuera a hacerte caso... - le respondió con molestia. Pronto pareció hablar con más altanería - Por más que mi cabello estuviera desordenado, la presencia de una princesa... 

- Sí fue vergonzoso... - intervino Sentaro que estaba al otro lado de Seina. La demonesa frunció el ceño. 

- ¡Sentaro! - se quejó. El soldado desvió la mirada con un gesto serio. 

- Es la verdad princesa...estaba llena de tierra...- añadió, al mencionarle eso Seina se sonrojó un poco aún renegando. Heika rió divertido. 

Irasue solo seguía adelante disgustada de escucharlos. Quería callarlos para poder pensar con más claridad. Una vez los comandantes llevaron a Seiwa con Isao... tuvo que poner a esos humanos en un lugar seguro. Los Lores seguían en el palacio aún, así que tuvo que utilizar un conjuro para desaparecer su rastro. Humanos... El príncipe tenía mucho que explicar... y con todo lo que le dijo esa mujer humana... embarazada... Irasue frunció el ceño. No quería creer que alguien más que Sesshomaru estaba cometiendo el error de amar a un humano. Y de todos, el hijo de Toba...

 Pero... no solo era eso algo que le resultaba a Irasue difícil de aceptar. Había algo más que la incomodaba. La demonesa miró de reojo a Seina y Heika sin perder el ritmo de sus pasos. A esos dos... tenía que decirles sobre el estado de su hermano. No... lo mejor era que ellos mismos lo vieran... y explicarles en ese momento. 

Después varios minutos caminando, Irasue finalmente se detuvo frente a una habitación. Heika y los demás también se detuvieron para ver mejor en donde estaban, solo eran habitaciones al rededor de ellos pero... Los tres pudieron sentir el poder que emanaba de una de esas habitaciones. La más grande. Se sentía algo diferente al poder demoniaco. Irasue volteó a verlos, su mirada era seria como siempre.

Un año de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora