Rin contra Seina (parte 7)

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Mie entró al palacio apoyando a Rin para caminar. Tenía que bañarla y cambiarla rápido antes de que algún consejero o Inu Kimi la vean. Sakari las seguía cargando a Jaken sobre uno de sus hombros. El joven yokai aún estaba decepcionado de no haber aparecido antes para ayudar a la princesa. Rin se sentía algo desorientada, su garganta le dolía demasiado. Habían intentado matarla de nuevo. Pero algo era diferente. Esta vez vio a la señorita Seina. Ella estuvo viéndola desde lejos. Ella... ¿Ella tenía algo que ver en lo que le pasó? Si resultaba ser así estaba cansándose, estaba llegando a su limite....

Rin levantó la mirada un poco al sentir que Mie se detenía. Se preguntó porqué. Levanto la cabeza aun más encontrándose con lo seres más inoportunos. Frente a ella estaban los cuatro consejeros. Rin sintió como la verguenza y el miedo invadían su ser. Bajó la mirada para ver sus atuendos, todos sucios y llenos de barro. Volvió a mirarlos. Sus rostros amigables habían desaparecido. Ahora solo tenían una mirada desaprobadora. No quería que la miraran de esa forma.

- Que desagradable encontrarla de esta forma princesa...- comentó Byokku. Rin sintió esa palabra como una navaja en su pecho.

- Parece que no tuvo un buen día princesa Rin ¿Se encuentra bien? - le preguntó Sadao. Rin no respondió. No podía hacerlo. No se atrevía a mirarlos y mucho menos hablarles. Se supone que tenía que agradarles. Se supone que tenía que lucir como una gran esposa. Sintió muchas ganas de llorar.

- Debería pensarlo dos veces antes de aparecer frente a nosotros cubierta de tierra. Hará que todo lo que pensamos de usted cambie. - espetó Genro.

- No seas tan duro Genro. La princesa solo cometió un error. Escuché que algunos humanos tienen costumbres de labrar la tierra. Campesinos después de todo... Tal vez no tiene tanta clase como pensamos...- decia el más sabio. Sakari veia con molestia a esos hombres por como hablaban. Rin pudo sentir que Mie temblaba. Alzó un poco la mirada para verla. Ella también tenía un gesto asustado en el rostro. Sakari las miró a ambas. Se veían bastante afectadas. ¿Era por esos hombres?

- Están equivocados - Sakari habló. Tanto Mie como Rin se asustaron por sus palabras ante el consejo. - La princesa acaba de ser atacada. No pueden hablar como si fuera su responsabilidad. No lo es. Lo único que hacen es hacerla sentir mal. - decía. Los consejeros lo miraban atentamente - Aprendí tiempo atrás que si no puedes decir nada bueno entonces lo mejor es callarse así que con todo respeto. - sakari se reverencio frente a los consejeros - por favor cállense - pidió. Sakari se reincorporó. Los consejeros solo lo miraban. Genro se adelantó un par de pasos hacia él.

- Tú... te pareces mucho a la sirvienta.... debes ser el hermano - supuso. Sakari asintió ¿Susumie les había hablado de él?

- Así es, soy hermano de Susumie. Pero es un dato sin importancia ahora. - hubo silencio por un rato.

- Hermano de la sirvienta. - le siguió hablando Genro - ¿Qué estas dispuesto a hacer por el bienestar de tu hermana? - cuestionó. Sakari no entendió a que se refería. Retrocedió un par de pasos algo intimidado. Esos sujetos no le daban buena espina.

- ¿Qué clase de pregunta es esa Genro? - la voz severa y molesta de Irasue los interrumpió. La demonesa apareció junto con el príncipe Seiwa. Genro retrocedió al verla llegar. Mie y Rin se sintieron mucho más tranquilas al ver ahí a Inu Kimi y a Seiwa. La gran demonesa miró a Rin, se molestó por su apariencia pero dejó eso de lado para regresar su mirada severa al consejo. Seiwa miró con molestia a los ancianos. Otra vez estaban cerca de Mie pero esta vez no solo era ella, Rin también estaba ahí.

- Cielos... - susurró el príncipe al notar el estado en el que Rin estaba. Dejó su estola a un lado, no le importó que cayera al piso. Se acercó hacia Rin quitándose su obi y después su Haori para cubrirla. - No es suficiente pero el otoño es frío. Si permaneces así por mucho rato podrás resfriarte... - decía. Al menos eso era lo que Kano le decía a Fumio y a los otros niños cuando ellos jugaban en los arroyos. Escuchó atentamente lo que ella decía en ese momento como en otros. Porque simplemente adoraba escucharla hablar. Seiwa continuó - Y un resfrío puede ser peligroso para los humanos - dijo con comprensión.  Seiwa miró a los consejeros con seriedad. - Mie, lleva a Rin a su habitación. No se casi nada de medicina humana. Procura que se limpie con agua tibia y hazlo pronto. Ponle más ropa. - Rin se sorprendió por sus palabras ¿Cómo podía saber esas cosas? - Sakari. - llamó al soldado pero no quitó su mirada de los consejeros. Acompáñalas y no dejes que nadie se acerque a ellas. Y si alguien quiere hacerles daño grita mi nombre. Iré a matarlos sin pensarlo dos veces  - ordenó. El soldado se reverenció aceptando las órdenes. Finalmente Sakari se fue con Mie, Jaken y Rin. Seiwa le plantó cara a los consejeros que lo miraban con desprecio. Irasue se acercó lentamente a ellos. - Aléjense de Mie, de Rin o de cualquiera. Es una advertencia. Empiezan a colmar mi paciencia. - le hablaba fríamente el daiyokai. Irasue vio el gesto seguro en su mirada. Eso ciertamente le sorprendió un poco.

Un año de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora