La música se escuchaba al rededor en toda la celebración. Los aldeanos terminaban de comer del gran banquete que entre todos se esmeraron en preparar. Un poco separados, casi en un grupo ya establecido, Rin se encontraba sentada en un amplio tronco viejo, jugaba con sus sandalias en la tierra sin manchar sus blancas medias ni su kimono mientras pensaba. Kagome y Sango estaban sentadas a cada lado de ella con sus respectivos esposos acompañándolas. Ellos conversaban mientras Rin aún se concentraba en sus pensamientos sobre lo que estarían hablando Sesshomaru y Kaede en la cabaña.
¿Será que ya era hora de partir?
¿Realmente se iría con el Señor Sesshomaru y dejaría su vida en la aldea?
Siempre lo quiso así desde que su amo la dejó bajo la tutela de Kaede luego de la derrota de Naraku. Rin volteó en dirección a Jaken que estaba devorando la comida del banquete. Luego miró a Ah-Un que estaba dormido después de comer mucha hierba. Fue feliz viajando con ellos y estaba segura que lo sería de nuevo. Y si se iba... volvería siempre que quisiera a la aldea a seguir ayudando a la abuela Kaede y a las aldeas vecinas cuando lo necesitasen. Con todos los problemas de la guerra... había tanto por hacer... tanto por aprender...Rin entrecerró los ojos.
Mucho por hacer... mucho que aún quería hacer...
Tal vez era muy pronto para tomar una decisión al respecto. Quería hacer muchas otras cosas primero, antes de decidir irse con el Señor Sesshomaru... Aún tenía tiempo para decidir... Rin se sintió extraña en ese momento. ¿No pasó suficiente tiempo ya? Entonces... ¿Por qué simplemente no lo decidía?
- ¡Inuyasha, esa es la comida de Rin! ¡Déjalo ahí! - exclamó Kagome deteniendo a su esposo de tomar un tazón de arroz y pescado que le sirvieron a Rin.
- Pero si no lo ha comido en toda la mañana, lo va a desperdiciar... - se quejaba el hanyo. Rin rió levemente.
- No se preocupen Inuyasha, Kagome. No tengo apetito por ahora, comí muchos duraznos... - comentó con una sonrisa nerviosa.
- ¡Rin! - la llamó una voz masculina que ella reconoció muy bien. A unos metros del grupo aterrizó Kohaku con Kirara. La demonio gato se transformó a su forma más pequeña para subir al hombro de Kohaku ni bien el exterminador pisó el suelo. Rin se puso de pie rápidamente al igual que Sango. Ambas con una gran sonrisa.
- ¡Kohaku! - exclamó Rin muy emocionada. El chico que vestía unos haoris y hakama algo viejos se dirigía a ella. Pero Rin rápidamente miró a otros lados buscando a otra persona que supuestamente vendría con él.
- Finalmente llegaste Kohaku - le comentó su hermana.
- Bienvenido - lo recibió Kagome.
- Sí, hola a todos. - saludó el exterminador apenado. Kirara saltó a los brazos de Sango. Rin estaba a un lado de ella, extrañada y confundida. Kohaku le había dicho que para ese día traería a la princesa de la que tanto le habló. Incluso se fue hace varios días para traerla porque aquella princesa vivía más al norte. Pero llegó él solito. Le pareció extraño, aún así se alegraba de que su gran amigo llegara a tiempo a la celebración. Dejó de lado su confusión para enfocarse solo en su sonrisa. Kohaku se apresuró en sacar de entre sus ropas un pequeño brazalete de una piedra ambarina en el centro. Se lo mostró a Rin, ella lo vio con mucha curiosidad. - Ten Rin. Traje este regalo para ti - le ofreció tomando la muñeca de la joven chica para comenzar a atar el brazalete. Sango los miraba curiosa por su cercanía.
- Es muy bonito... - comentó al ver con más detalle el brazalete en su muñeca. - No era necesario que me dieras un regalo...gracias Kohaku. -
- Tenía que hacerlo, creí que no llegaría a tiempo y no quería decepcionarte. Kirara se esforzó mucho en llegar lo más rápido posible... - tras decir eso el pequeño gato yokai soltó un pequeño maullido. Rin acarició a Kirara para agradecerle por su esfuerzo pero no perdió la atención en Kohaku. No le mencionaba nada de la princesa que supuestamente iba a traer... Tal vez algo no salió bien...
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Un año de primavera
RomanceSeis años han pasado desde que Rin y Sesshomaru se separaron para que ella pudiera elegir el camino que desee, continuar viviendo con humanos o finalmente regresar a sus viajes con el gran demonio. Sin embargo, Rin aún no ha tomado una decisión. Est...