Capítulo largo. Dejé los días a un lado para que sepan el tiempo que transcurre desde la batalla en el palacio. Uu
En algún lugar de la región Este.... (3 días)
Era de noche... El frío se hacía tan presente por los alrededores de ese escondido valle, casi podías ver la niebla y la humedad confinarse con el miasma.
La presencia demoniaca era fuerte en ese sitio, demasiado, porque... si te adentrabas más pasando las barreras hechas de poder demoniaco.... te podrías encontrar con un pueblo lleno de yokais de diferentes razas pero la más común eran los de apariencia como una salamandra.
El bullicio de la noche se hacía presente en sus oscuros y aterradores callejones. Pero en los lugares más profundos era donde estaba el espectáculo. En una mansión que parecía abandonada a simple vista, el olor a Sake, sangre, y muertes eran demasiado fuertes, casi penetrantes. Muchos yokais estaban dentro y otros más venían a ver lo que pasaba.
Algunos jefes de tribus estaban ahí, otros solo eran yokai comunes que se reunieron por el Sake que hacían en ese lugar y las sirvientas que te daban los servicios que pedías. Pero en esa ocasión todos los yokais ahí estaban molestos, inquietos... Así lo estuvieron desde se enteraron de una noticia. Una noticia que corrió más rápido que el fuego en un hilo de pólvora.
La noticia era alarmante para todos... y tenía que ver con ese odioso clan de perros demonio... Esa noticia les avisaba que... hace tres días... una guerra empezó.
El ataque al palacio del Oeste corrió por las bocas de los demonios de los cielos, ríos y tierra. Solo pocos sabían bien lo que ocurrió esa madrugada hace tres días. Muchos más escucharon rumores y otros solo suponían...
Pero algo quedó claro para todos....
Ese condenado clan de perros... lo volvió a hacer. Los metieron en un conflicto que nunca buscaron.
- ¡Es su culpa! - exclamó con molestia uno de los yokais presentes, de espalda más ancha y piel escamosa - ¡Solo por su estúpida pelea perderé mi hogar otra vez! - gritó arrojando su choko de sake a la pared. Una sirviente de piel morada y un solo un ojo se acercó rápidamente a limpiar el desastre. El bullicio al rededor no paraba, todos tenían algo que decir, algo que opinar, algo de qué quejarse.
- ¡Nos están condenando! - habló otro demonio de cuernos y apariencia más robusta. Se escuchaba muy molesto. La sirvienta siguió limpiando atenta a lo que decían los yokais. - ¡Es ese maldito clan que cree que puede hacer lo que quiera con nosotros! - terminó de hablar el demonio.
- ¡Sí! - exclamaron otros yokai en la gran habitación -
- Ese... clan de... perros. Nos han gobernado por siglos.... - decía otro con extensa barba y armadura. - Se creen mejores que cualquiera de nosotros... - su voz casi se raspaba de la colera. Bebió con fuerza de su choko mientras en sus ojos se asomaba el dolor de los recuerdos. - Uno de ellos... embarazó a mi única hija. La mataron... ese demonio entregó a mi propia hija pero a él... nunca le hicieron nada... Estoy harto... - susurró lo último con mucho rencor pero el resto lo escuchó muy bien al punto de vitorear por sus últimas palabras. La sirvienta de piel morada terminó de limpiar, se llevó los pedazos de choko sin perder atención en todo lo que decían.
- Y ahora... - otro yokai continuó sus palabras - Se les ocurre empezar una guerra entre ellos ¡Están locos! - exclamó. Uno de esos yokais le pidió sake a la sirvienta, ella tomó otro tokkuri y volvió al lado de los jefes para servirles.
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Un año de primavera
RomanceSeis años han pasado desde que Rin y Sesshomaru se separaron para que ella pudiera elegir el camino que desee, continuar viviendo con humanos o finalmente regresar a sus viajes con el gran demonio. Sin embargo, Rin aún no ha tomado una decisión. Est...