En la mañana, cuando desperté, Diego seguía dormido, así que aproveché para levantarme y hacer el desayuno.
Estaba cocinando, cuando escuché su voz detrás de mí.
—Buenos días, tomatito —dijo y me dio un beso en la mejilla.
—Buenos días, my love! —dije con una sonrisa.
—¿Qué hace despierto tan temprano, señorito?
—El desayuno.
—Mi señorito, usted cocina delicioso, pero usted es el príncipe de esta casa, los príncipes no cocinan.
—¿Y quién lo va a hacer entonces? O sea, Ferrer, cocinas tú y capaz que quemas todo el departamento.
—Eso no es cierto.
Lo miré, como diciéndole: “en serio”.
—Solo quemaría medio, pero no todo.
Yo reí y rodé los ojos
—Ya en serio, usted no debería de hacer nada, señorito, yo lo traje aquí para que viva conmigo, no para que cocine, ni limpie, ni haga nada de eso. No quiero que se sienta obligado a hacerlo.
—Yo sé, pero no me siento obligado, my love, para mí es un modo de agradecerte todo lo que haces por mí.
—Pero usted no tiene qué agradecerme nada, mi vida, yo soy feliz solo con verle a usted feliz.
—Pero es que a mí me gusta hacer todo esto, me gusta sentirme útil, o sea, así me crié yo, Diego. Si quieres verme feliz, pues cocinar me hace hiper, mega feliz.
—Está bien, puede cocinar cuando usted quiera, pero no será todos los días. De vez en cuando vamos a comprar algo para comer, y si me enseña, yo puedo aprender a cocinar.
—¿En serio?
Asintió.
—Y por lo de la limpieza ni se preocupe, yo limpiaré todo, se lo prometo.
—¿Diego Ferrer Gallardo, cocinando y limpiando? Ja, ja —reí.
—Yo lo amo, príncipe, quiero que se sienta cómodo y feliz a mi lado.
—Pero tú no limpias, Diego, nunca en tu vida has lavado ni siquiera una cuchara.
—Pero desde hoy lo haré, para que estas hermosas y suaves manos —agarró mis manos y les dio un beso a cada una— no sé le maltraten.
—Mmmm... está bien pues —sonreí y besé su mejilla—. Pero bueno —lo solté—, ya hay que desayunar, tenemos que llegar a la prepa, es el último día de clases del año.
—¿Y cómo se va a vestir, tomatito? Recuerde que hoy podemos ir como queramos.
—No lo sé —dije, sirviendo la comida—, pero me pondré un outfit que me haga ver así tipo súper, hiper, mega, ultra cute, o sea —sonreí.
—Entonces lo que sea está bien, porque usted se ve precioso con lo que lleve puesto, hasta esta pijama le hace lucir increíble, príncipe.
Su comentario hizo que me pusiera muy rojo.
—¿Se me ve así tipo súper hiper, mega, ultra cute?
—Sí, tomatito, todo eso que dijo y mucho más —besó mi frente y me sonrió.
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Josué Arango
Salí con mi bata puesta del baño, ya que me había acabado de bañar. Estaba secando mi cabello con una toalla, cuando entró mi madre, con varias bolsas de compras en sus manos.
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Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔
Teen FictionCuatro adolescentes con diferentes vidas y diferentes personalidades van a tener que enfrentarse con su familia, con la sociedad y con el mundo entero con tal de defender su amor, y así demostrar que no están equivocados, sino enamorados. ¿Podrán lo...