Capítulo #116

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Dos meses atrás...

Estaba Sandra a punto de subir a su auto, cuando llegó Galia muy apresurada.

—¡Espera, Sandra! —la alcanzó.

—¿Qué se te ofrece, Galia? —la volteó a ver.

—Necesito pedirte algo.

—¿A mí? —dijo extrañada—. ¿Qué me quieres pedir a mí? Ya hice todo lo que podía hacer por Alexis.

—No, Sandra, hay más, aun hay mucho más que puedes hacer por él. Alexis es un niño que tiene derecho al amor y a una familia.

—Él no quiere saber de mí, Galia, y la verdad yo no puedo darle la familia que él necesita.

—No estoy hablando de ti.

Sandra se quedó confundida, pero dejó que Galia se explicara.

—Explícate, Galia, que no te entiendo.

—Quiero la custodia de Alexis.

Abrió los ojos, muy confundida.

—Solo tienes qué firmarme unos papeles que te mandaré con mi abogado y conseguirme tambien la firma del papá de Alexis.

—Yo no sé en dónde está Guillermo, Galia, él y yo ya nos separamos.

—Tú fuiste su mujer, sabrás dónde encontrarlo.

—Pero Galia, no creo que...

—Si quieres aunque sea un poco a tu hijo, ¡hazlo! Él necesita y tiene derecho a una familia. Si se enteran en el colegio o en cualquier parte que él lleva meses solo, se lo van a llevar a una casa hogar, y ahí va a ser muy difícil poder adoptarlo. Pero sí tú me firmas esos documentos, podemos evitar todo eso.

—Yo no sé donde esté Guillermo, te lo juro.

—¡Sandra, por favor! Evítale más sufrimiento a tu hijo, ¡no lo merece! ¡No más!

Dio un suspiro.

—No sé con exactitud donde se encuentre Guillermo, pero mándame los papeles. Haré lo posible por encontrarlo.

Galia sonrió.
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Actualmente...

Galia estaba con Raúl, hablando por teléfono con Sandra. Galia se veía, se escuchaba y estaba alterada mientras caminaba por casi toda la sala de la casa.

—¡¡Escúchame bien!! —gritó—. Tú y tu ex marido me firman esos papeles o les juro que los demando por abandonar a su hijo de 14 años en una ciudad que apenas y conocía. Los demandaré por tantos años de explotación y de maltrato psicológico, físico y verbal que le hicieron pasar. Y créeme, Sandra, que de la cárcel no los va a salvar ni Dios —enojada colgó la llamada y aventó el teléfono al sillón.

—¿Qué te dijo? —preguntó Raúl.

—Encontró al papá de Alexis, pero no quiere firmar —se tocó la cabeza, desesperada.

—¿Y por qué no? Si ese hombre ni siquiera quiere a Alexis.

—Pues no sé, ¡pero estoy desesperada, Raúl! —estaba a punto del llanto—. Mi pequeño lleva ya dos día en ese lugar, y yo no puedo hacer nada por ayudarlo.

—¿Y la tía de Alexis tampoco puede reclamar su custodia? Ella es el único pariente que tiene aquí.

—No, Nuria no puede reclamar nada porque ella solo tiene la custodia de María, de la hermana de Alexis, porque Sandra y el señor ese se la dieron.

Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora