Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔

Capítulo #131

Un mes después...

Armando Duarte

En la prepa ya estábamos a nada de terminar el ciclo escolar. Diego tuvo qué hacer unos exámenes para ponerse al corriente y no perder o repetir otro año. Teniendo a Alexis como novio, que es el mas inteligente de toda la preparatoria, pues pasó esos exámenes sin problema alguno, y ya estuvo parejo con nosotros.

Benjamín entendió que yo estaba enamorado de Josué, pero aceptó ser mi amigo. A Josué le seguía dando celos que él se me acercara, decía que era más que evidente que quería conmigo. Para ser honesto, Benjamín también llegó a gustarme un poco; me encantaban las frases poéticas, bonitas y tan acertadas que decía, además de que físicamente es muy atractivo. Pero gatito es a quien yo amo y decidí estar con él.

Mamá y Raúl compraron una casa en la que viviríamos todos juntos después de que ellos se casaran. La casa de nosotros será vendida, papá estuvo deacuerdo en que se vendiera. Raúl no vendió su casa porque dicha propiedad estaba a nombre de su difunta esposa, quien dejó en su testamento que Alexander la heredará cuando cumpla 21 años, así qua la dejó para que Alexander la ocupara cuando sea mayor.

Estaba con Josué en mi cuarto. Él traía puesto un jeans azul marino, una playera blanca y un saco café muy elegante. Mientras yo traía un traje negro, solo que yo no me veía tan guapo como Josué.

—Gatito, no puedo —trataba de amarrar mi corbata, la cual estaba hecha un desastre.

—Ay, mi amor —me ayudó a ajustarla bien.

—No sé por qué a mamá y a Raúl se les ocurrió que Eduardo, Alexander, Alexis y yo nos fuéramos de smoking, y Melanie en vestido.

—Porque son sus hijos, amor, quieren que estén bien vestidos... Ya quedó tu corbata —me soltó.

—¿Tus padres irán? —pregunté.

—Sí y mi hermana también... Oye —me miró de arriba a abajo—, te ves bien guapo, enano.

—No más que tú, gatito.

—A que sí, amor.

—A que no —sonreí.

—A que sí —me tomó de la cintura y me dio un gran beso sobre mis labios, el que correspondí con ganas.

—Sus besos me dan así tipo super, hiper, mega asco —dijo Alexis desde el marco de la puerta. Al escucharlo nos separamos y reímos por lo que dijo—. ¿Cómo me veo? —dio una vuelta. Él también estaba de traje, pero el suyo era azul celeste.

—Te ves muy bien, friend —le sonrió Josué.

—¿Me veo así tipo hiper, mega fabulosísimo?

—Ah, no —dijimos al mismo tiempo y luego los tres reímos.

—¿Y Diego? —pregunté.

—Dijo que iba a venir por mí para irnos juntos a la iglesia, pero no ha venido.

—A lo mejor sigue cambiándose —dijo Josué.

—Diego no tiene problemas con eso nunca, o sea, así tipo never.

—Eso es cierto —asentí.

En eso escuchamos un carro pitar allá afuera.

—¿Será él? —preguntó Alexis muy sonriente.

Les tres corrimos y salimos de la casa.

Vimos el nuevo auto de Diego estacionado frente a nosotros. De él salió Diego, vestido con una chaqueta color azul, playera blanca, pantalón negro rasgado, tenis rojos y sus cadenas en el cuello.