Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔

Capítulo #59

19 de noviembre

Alexis González

Me encontraba en mi casa, decorado el pastel para el cumpleaños de mi mejor amigo Josué.

—Está quedando divino, ¿no crees, friend? —le pregunté a Josué mientras él salía del cuarto en el que se estaba quedando.

—Sí, está bonito, me gusta —respondió, sonriendo.

Seguí decorando el pastel, pero noté que por alguna razon, Josué se me quedo mirando.

—¿Qué me miras? —le pregunté.

—Es que tienes harina y betún en tu carita.

—¿En dónde? —me limpié con la toalla, pero solo provoqué ensuciarme más.

Josué tomó una toalla de papel y se acercó a mí —Por todos lados, Ale —dijo mientras me limpiaba.

—Es que ando así hiper, mega ocupadísimo, no me fijé.

—Sí, entiendo.

Justo cuando Josué limpiaba mi cara, entró Armando, que creo no le agradó para nada vernos así, así que me alejé de Josué.

—Golpeé la puerta, pero al parecer estaban tan ocupados que ni siquiera escucharon —dijo molesto.

—Josué solo me limpiaba la cara —expliqué.

Armando me miraba mal, lo que me hacía sentir incómodo.

—Me alegra mucho verte, mi niño —dijo Josué, sonriendo y acercándose a él.

Armando tomó aire y le sonrió —¡Feliz cumpleaños, gatito! —lo besó y abrazó.

—Gracias, mi niño bonito. Te amo mucho.

—Yo también te amo, gatito bebé. Te traje un regalo —lo soltó y le entregó una caja envuelta con papel de regalo.

Josué rompió el papel y abrió la caja. De adentro sacó una taza con muchos dulces, pero no era una taza cualquiera, esta tenía escrito: “Te amo, gatito bebé”, y una foto de ellos juntos, muy felices y sonrientes.

Sonrió al verla y volvió a abrazarlo —Gracias, amor, es hermosa —le dijo en el oído.

—Gatito merece lo mejor, por eso ahorré mucho dinero.

—Te amo, mi niño, te amo demasiado —lo besó dulcemente sobre sus labios.

—¿Vamos a casa de Fernando para ayudarle, gatito?

—Es que Alexis se va a quedar solito.

Miré como Armando hizo cara de fastidio cuando su Josué dijo eso. No quise que él se molestara más por mí culpa.

—Por mí no se preocupen, yo estoy bien aquí solo. Vayan tranquilos —dije.

—¿Y cómo te irás? —me preguntó Josué.

—Fernando vendrá por el pastel, me iré con él.

—Te veo al rato entonces —se despidieron de mí y salieron de la casa.