Capítulo #122

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Alexis González

Al día siguiente estaba con Max, sentados en un banca mientras le contaba un poco sobre mi vida.

—Has vivido cosas muy feas —me dijo Max.

—Sí, pero de todas he salido, jamás me dejé vencer por nada ni por nadie —bajé la mirada—. Pero el hecho de saber que puedo perder a mi novio, la verdad eso sí no lo soporto.

—Pero si su amor es tan grande como me dices que es, imagínate que hubiera despertado y haberse enterado que tú ya no estabas más en este mundo, sería cruel y duro para él, ¿no crees? Luego tus amigos, los señores que siempre vienen a verte, tu hermanita y todas las personas que te quieren.

—Sí, tienes toda la razón, pero en ese momento solo quería morir —dije llorando—. No soporto seguir en este lugar sin ver a la gente que quiero.

—Pero yo también te quiero

—¿Aunque sea así tipo súper sangrón?

—Aunque seas sangrón y raro —los dos reímos—. Me alegra mucho haber llegado a tiempo

—Nunca me había alegrado tanto de verte.

Max me sonrió. Ibamos a seguir hablando, pero llegó la directora del orfanato.

—Hola niños.

—Hola —dijimos al mismo tiempo.

—Alexis, vengo por ti.

—¿Y por mí por qué?

—Te vas a ir.

—¿A dónde? —preguntaba confundido.

—Creo que te van a mandar a otro orfanato —me dijo Max en el oído.

—No, Max, no es otro orfanato.

—¿Entonces qué es? —pregunté aun más confundido.

—Acompáñame y lo sabrás.

—¿Puedo ir? —preguntó Max.

—No, Max.

—Ándele, que venga —pedí.

—Esta bien, Max.

Los dos seguimos a la directora, hasta entrar a la dirección. Ahí estaban los señores Galia y Raúl. Al verlos corrí a abrazarlos.

—Mi pequeño —me abrazó la señora Galia—. ¿Cómo estás?

—Mal —la solté y bajé la mirada.

—Ay, campeón —el señor Raúl acarició mi cara—, no estés triste.

—¿Cómo no estarlo cuando este lugar no me gusta?

—De ahora en adelante ya no estarás más en este lugar, pequeño.

—¿Me van a llevar?

Asintieron, lo que me emocionó mil.

—¿Es en serio? —dije sonriente.

—Así es, mi pequeño —sonrió.

—¿Y cómo? —estaba emocionado, pero al mismo tiempo también muy confundido.

—Eso no es importante. Lo único que importa es que saldrás de aquí

Emocionado, abracé a la señora Galia.

Max bajó la mirada, muy triste.

—Max —volté a verlo y lo abracé—. Te quiero —le dije en el oído. Max sonrió y también me abrazó
—. Miren —les dije a los señores—, él es Max, mi amigo.

Tú y yo contra el mundo y contra todo (Libro #1)©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora